martes, 19 de junio de 2012

SHUT OUT; Cap 28


Estar en el dormitorio de Demi trajo un ligero déjà vu. Ella vive en una casa bonita a una cuadra del instituto, lo cual hace una caminata corta para las chicas quienes quieren apoyar a sus novios en el partido de fútbol antes de ir a pijamadas.


La habitación de Demi me envía de regreso a una época antes de todo esto. Antes de la huelga, antes de Liam, antes de que la estúpida rivalidad comenzara a interferir en nuestras vidas. Sentada con las piernas cruzadas en el suelo de Demi, hojeando una de sus revistas de moda, me hace sentirme con trece otra vez. Esto se siente bien. Sencillo.


Los chicos habían arruinado esto.


Plink.


—¿Que fue eso? —preguntó Selena con voz aburrida, empujándose a sí misma en un codo desde donde ella estaba recostada en el suelo. 


La habitación de Demi no era tan grande como la de Selena, pero era todavía lo suficiente grande para que nosotras paseáramos alrededor, especialmente desde ese fin de semana antes de las vacaciones de otoño y casi la mitad de las chicas ya había salido de la ciudad con sus familias, aventurándose a lugares lejanos, mucho más interesantes que Hamilton. Selena no era una de ellas, y podía decirse que estaba enojada por eso.


Ella se levantó y pasó por encima de las otras chicas, haciendo su camino hacia la ventana mientras otra piedra golpeó el vidrio. Mi cuerpo se tensó mientras pensé en Randy y la noche que él subía a través de la tubería de mi ventana. La noche que decidí comenzar la huelga.


—¿Um, Mary? —dijo Selena Deberías venir a ver esto.


Todo el mundo, no solo Mary, hizo su camino hacia la ventana entonces, curiosas y aburridas y en necesidad de algún tipo de entretenimiento.


Y nosotras conseguiríamos entretenimiento.


De pie en el césped debajo de la ventana del dormitorio de ¿Demi estaba un pequeño grupo de siete chicos. Un par de ellos aún usaban sus chaquetas de fútbol, y los otros sus playeras de soccer -Nick era uno de ellos. La visión de él hizo que mis mejillas ardieran-por diversas razones, la ira y la vergüenza no estaban excluidas.


Al frente del grupo, mirando hacia nosotras y sosteniendo una maltratada guitarra acústica, estaba Finn, el novio de Mary. Él no era del tipo de chico que esperar ver con una tímida y pequeña chica como Mary. Finn era alto, corpulento, y con una barba creciéndole constantemente.


Normalmente, él parecía una bestia intimidante que podría darte una paliza y robarte el dinero de tu almuerzo. Pero justo ahora, la manera en que él levantaba la mirada hacia nosotros, hacia Mary, con ese brillo en sus ojos y esa dulce sonrisa, él parecía más como un osito de peluche.


—Mary —gritó hacia nosotras mientras Selena, contra mis protestas, abriendo la ventana—. Mary, yo… te extraño. Yo…
—¿Podemos terminar con esto, hombre? —preguntó David— Vamos. Venimos aquí para hacer esto. Sigue adelante.
—Correcto —Finn aclaró su garganta—. Como sea Mary, tengo algo que quiero decirte, pero nunca he estado a solas contigo, de todas formas. Tú no lo has permitido, y… y sé todo esto de la huelga… bueno, como sea. —nunca vi un chico del tamaño de Finn convertirse en un tonto lloriqueando— No tienes que bajar hasta aquí —dijo— Pero por favor escucha.
—Cierra la ventana —siseé a Selena.


Ella negó con su cabeza.


—Dejemos que el chico hable.


Finn comenzó a tocar su guitarra, pero antes de que él fuera muy lejos, David volvió a interrumpir.


—Espera —gritó hacia la ventana— Sólo quiero decir… no estoy de acuerdo con esta selección de canción. Esta fue totalmente una idea de Finn y Jonas, ¿de acuerdo? Sólo estuve de acuerdo en ayudar.
—¿Lo has hecho ya? —preguntó Nick. Incluso si sonó duro, note que él estaba medio riendo.
—Sí. Como sea.


Finn aclaró su garganta y comenzó a tocar de nuevo. Después de un momento, comenzó a cantar.


It’s tearin’ up my heart when I’m with you….


—Oh, Dios mío —dijo Demi lentamente— ¿Esa es…?
—NSync —dijo Susan, asintiendo— No he escuchado esa canción desde la primaria.


La cosa era que Finn no podía cantar. Él no era horrible o algo así -no como los vergonzosos casos de las personas que muestran en los episodios de audición en American Idol. Pero tampoco era realmente talentoso. Desde luego, ninguno de los chicos lo era. Ellos actuaron como coristas mientras Finn tocaba su guitarra- algo en lo que si era talentoso.


Los ojos de Nick estuvieron centrados repentinamente en los míos mientras el segundo verso terminaba, y mi corazón vibraba contra mi pecho. Sabía que esto era entra Mary y Finn—o, más que nada, sobre los chicos saboteándonos. Pero por un segundo, deseé que él estuviera cantando para mí. Que él me estuviera diciendo que quería estar conmigo. Que no estar conmigo lo estaba matando.


Y él estaba matándome.


Aparté la mirada y le di un codazo a Mandy, quien estaba en cuclillas a mi lado.


—Querido Dios —dije— Ellos son como sirenas. Tenemos que cerrar la ventana y dejar de escuchar.
—Miley, mírala —ella alargó sus manos para forzarme a girar y enfrentar a Mary.


Ella está de pie, mirando hacia afuera de la ventana con una mirada en su rostro como si estuviera a punto de desmayarse. Sus ojos estaban muy abiertos, y por un segundo me preocupé que ella comenzara a llorar. Lentamente levantó una mano y la colocó sobre su pecho, su mirada fija en la ventana. Esto era como una escena en un libro de Nicholas Sparks.


—Ella no lo ha besado en más de un mes —susurró en mi oído Mandy— No ha estado ni siquiera a solas con él. David le dijo a Finn que teme que sea más que una huelga. Como si ella perdiera su interés en él.


Giré mi cabeza hacia atrás para mirarla.


—¿Tú hablas con David?


Mandy se encogió de hombros.


—Somos como amigos. Hemos estado viéndonos lo suficiente como sentirnos cómodos el uno con el otro. Hablamos.


Entrecerré mis ojos hacia ella.


—¿Incluso antes de comenzar a salir?


Mandy me lanzó una mirada feroz.


—Sí, Miley. Deja de ser tan paranoica. Me he apegado al juramento, pero… pero mírala. Mary. Y Finn. Míralo a él, también. ¿Recuerdas cuando dijiste que aquí había algunos chicos buenos? Él es uno de ellos. Sé que yo no soy una experta en romance, pero ellos claramente están enamorados, y esto está lastimándolos.


Abrí mi boca para decir algo, pero Susan se giró para enfrentarme, sus palmas presionadas contra la ventana su novio, Luther, era uno de los chicos cantándonos.


—Miley —dijo— ¿Cuándo terminara toda esta cosa de la huelga? Esto ha sido, como, un mes. Pienso que esto debería terminarse ahora.
—Sí —un par de otras chicas hicieron eco— Creí que habías dicho dos semanas.
—Alto —dije, saltando sobre mis pies —había estado arrodillada junto a la ventana— Esto es lo que ellos quieren. Quieren que nosotras nos rindamos. Pero no podemos. Tenemos que permanecer fuertes. Tenemos que ganar. —empujé a Selena fuera del camino y me posicione en frente de la ventana justo cuando la canción terminó y las últimas notas de la guitarra de Finn estaban desvaneciéndose por el viento de octubre.
—Vayan a casa —grité hacia ellos— Esto no funciona… y tú vas a despertar a los vecinos.
—¡Mary! —gritó Finn, ignorándome.


Sentí a Mary viniendo detrás de mí para poder mirar por encima de mi hombro hacia la ventana.


—Te extraño —dijo él otra vez— Yo…


Antes de que él pudiera terminar, cerré de golpe la ventana.


—Miley! —espetó Selena, molesta ¿Por qué hiciste eso?
—Es una trampa —miré directamente a Mary entonces—.Sabes qué es eso, ¿verdad? Este es sólo otro intento de los chicos para hacer que nos demos por vencidas. Para hacernos perder. Pero no podemos. Tenemos que ganar. Sabes eso, ¿verdad?


Mary abrió su boca, se detuvo, luego la cerró otra vez. Lentamente, asintió y se dio la vuelta, sus hombros caídos se movían mientras se dirigía a la cama de Demi.
Ambas, Selena y Mandy estaban dándome una mala mirada.


—¿Qué? —pregunté— Tengo razón. Esto sólo es una trampa. Otro de sus juegos. La misma cosa ocurrió en Lysistrata.
—¿En... qué? —preguntó Selena.
—Es una obra Griega sobre un grupo de mujeres que deciden poner fin a la guerra con una huelga de sexo —expliqué al desconcertado grupo— Nunca lo había leído, um, alguien me lo recomendó después de que la huelga comenzara. De todas maneras, las mujeres toman el Acrópolis y los hombres se presentan y tratan de seducirlas. Justo como esto.
—¿Y qué ocurrió? —preguntó Susan.
—Ellas se mantuvieron fuertes —Le dije— Su líder, Lysistrata, las hizo permanecer juntas… como lo estoy haciendo. Y ganan. Tenemos que ganar. Ese es el punto.
—Pensé que el punto era poner fin a la rivalidad —dijo Selena.
—Lo era, quiero decir, lo es. Lo sigue siendo. Y lo haremos. Estaba equivocada antes, cuando dije que deberíamos fastidiarlos. Tenemos que detener esto, pero si permanecemos fuertes, manteniendo el juramento, ellos se darán por vencidos.


Pude sentir el murmullo de insatisfacción revolotear alrededor de la habitación, pero nadie discutió conmigo. En su lugar, todas ellas sólo intercambiaron una mirada antes de regresar a lo que habían estado haciendo antes de que los chicos llegaran.


Mandy me dio una última mirada -una llena de reconocible frustración- antes de cruzar la habitación y sentarse al lado de Selena.


¿Selena? ¿De todas las personas?


Ellas comenzaron a hablar en voz baja. Como si fueran amigas. Como si fuera normal hablar sin gritarse la una a la otra. Y sabía que estaban hablando de mí. Se sintió como una bofetada en la cara.


Pero mantuve mi boca cerrada y me giré de regreso hacia la ventana. Sólo pude ver la espalda de los chicos retirándose mientras bordeaban el patio trasero de Demi y salían hacia el camino de graba de Hamilton. La luz de la luna enmarcaba sus siluetas, y por un momento, una pausa. Pude verlo girando su cabeza hacia atrás, pero él estaba demasiado lejos de mí para reconocer su rostro mientras miró a la casa. A la ventana.


A mí.


De alguna manera, sabía que era Nick.

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