Nick se sentía realmente estúpido, y no precisamente porque los organizadores le
hubieran hecho ponerse un esmoquin y moño, sino porque acababa de decirle a Liam que iba a dejarle el camino libre y a esperar entre bastidores. «Genial,
simplemente genial, Jonas», se dijo con una mueca de disgusto.
Cinco minutos antes de
que diera comienzo la subasta tomó una decisión: iba a buscar a Miley y a
decirle lo que sentía por ella, de una vez por todas. Sabía que sería incapaz
de mantener la palabra que le había dado a Liam. No podía dejar que se la
llevara sin hacer nada, no podía. Y con la sonrisa en los labios del que al fin
ha visto claro lo que tiene que hacer, se abrió paso por entre las personas que
estaban en el pasillo detrás del escenario.
***
—¿Cómo
te atreves? ¿Que vas a perdonarme? —exclamó la joven indignada.
—Miley, por favor…
La voz de Liam se vio
ahogada por la música de rock que salió de los altavoces para anunciar el
comienzo de la subasta. Bajaron un poco las luces del salón, y se encendió un
foco en el centro del escenario para iluminar al primero de los solteros que se
«subastaban».
—Hola, soy Tom, y les
aseguro, señoras, que valgo cada penique de los que piensen ofrecer.
Algunas mujeres entre el
público lo jalearon, y hubo un estallido de risas.
Liam alzó la voz.
—Miley, por favor,
piénsalo.
Otro soltero subió al
escenario.
—Hola, soy Gerard y estoy
buscando a una chica con ganas de pasarlo bien.
Liam volvió a apretarle
la mano a la joven.
—Quiero decírselo a Neave
esta noche, Miley. No creo que sea justo seguir dándole esperanzas.
A Miley le hervía la
sangre. ¿Cómo podía estar diciendo aquellas cosas? Ella no se había arrojado en
brazos de Nick como sugería por una especie de curiosidad cuasi incestuosa, ni
el sentirse sola, ni el echar de menos los viejos tiempos. ¡Y tener la caradura
de decir que la perdonaría!
—Olvídate de mí, Liam.
Estoy enamorada de él.
Liam se quedó de una
pieza, boqueando como un pez.
—¿Qué?
Un tercer soltero subió
al escenario.
—Hola, me llamo Patrick
y…
Miley alzó los ojos hacia Liam y repitió lo que había dicho con voz clara y firme:
—Estoy enamorada de Nick.
—No, Miley —dijo Liam negando con la cabeza y tomándola de la otra mano—. Claro que lo quieres, pero
como a un amigo, como a un hermano… vamos, Miley, estamos hablando de Nick, por
amor de Dios… No puedes estar enamorada de él.
—¡Pues lo amo, Liam, lo
amo! Lo amo precisamente porque es Nick, mi mejor amigo, y la persona que ha
estado siempre a mi lado, y… —esbozó una sonrisa— y mi amante —le dijo
soltándose y dando un paso atrás—. Y si voy a ser honesta contigo y conmigo
misma, te diré que probablemente llevo toda mi vida enamorada de él, solo que
había estado tan ciega que no me había dado cuenta hasta ahora.
Liam seguía mirándola,
inmóvil, como si se hubiera convertido en piedra.
—Eso no es verdad, Miley,
tú lo sabes…
Pero la joven sacudió la
cabeza.
—Es la verdad, Liam.
Cada vez que venía de visita y volvía a marcharme, sentía que era como dejar
atrás una parte de mí, y finalmente, aún sin saberlo, he vuelto para quedarme,
porque ya no soportaba seguir separándome una y otra vez de él.
—Entonces ya hace años
que querías acostarte con él, ¿es eso? —masculló él con puro veneno en la voz—.
Quizá incluso antes de que cortáramos.
Miley lo miró dolida. No
había sido así, no era algo premeditado como él pretendía sugerir, no había
sido algo orquestado entre ellos para traicionarlo. No, Nick había entrado en
su corazón de puntillas, sin que ella se percatara de su presencia.
—Te equivocas. Ha sido
algo gradual, algo involuntario, pero ahora sé que lo amo. Lo amo con toda mi
alma, y, al contrario que tú, no pienso cometer un error tan grande como para
perder la felicidad ahora que la he encontrado.
—¿Por qué tratas de
engañarme, Miley? ¿Y por qué tratas de engañarte a ti misma? —replicó él,
sacudiendo la cabeza—. ¿Es que no lo ves? ¿Por qué habrías estado ocultándome
lo que hay entre ustedes si no fuera porque aún te importo?
—Claro que todavía me
importas, Liam. No puedo borrar de mi corazón lo que fuimos el uno para el
otro, y me duele ver que no has logrado superar nuestra ruptura —le dijo dando
un paso hacia él—, pero si no te he dicho nada, ha sido porque no quería
hacerte daño. Lo nuestro no tenía razón de ser, Liam, sencillamente no
estábamos hechos el uno para el otro como al principio creímos.
Los ojos de Liam relampaguearon de furia.
—Oh, ¿y Nick y tú sí? —le
espetó. Miley dejó escapar un profundo suspiro.
—Sí, Liam, aunque te
duela, estoy convencida de que sí.
***
—Jonas,
te toca —lo llamó uno de los organizadores, tirándole de la manga.
Nick se había quedado
paralizado, la mirada fija en el final del pasillo, donde Liam estaba besando
a Miley. Sentía como si el corazón se le hubiese astillado en mil pedazos y estuviese
sangrando. ¿Es que nunca aprendería? Tiempo le había faltado a Miley para
volver a los brazos de Liam sin pensarlo dos veces, después de todo lo que
habían compartido.
Así acababa todo.
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Hey! Vengo a dejarles unos capis(:
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