—¿De reprimidas?- terminó la frase por ella Selena Thorson mientras la ayudaba a hacer la mezcla.
—¡No es broma! Por el momento todos los camisones
que le han regalado los deben de haber comprado en la boutique de las Vírgenes
Vestales.
—Apuesto a que el que le has comprado tú no tiene
nada que ver.
—No, Demi va a tener que apartar a Joe a
manguerazos cuando se lo ponga —comentó dejando en la mesa de la cocina la
botella vacía—. Tenemos que hacer algo, Sel. ¿Cuántas botellas te quedan?
—Esta es la última fría, pero tengo más en el
armario. Pensé que...
—Ponlas a enfriar, y vamos a sacar los aperitivos
salados para que les entre sed. Si estas matronas estiradas no se ponen a beber
mi chico del strip-tease va a
resultar una bomba
—¿Quieres emborracharlas?
—Según lo veo yo sólo estoy tratando de
desinhibirlas un poco para que disfruten del espectáculo.
—¿Incluyendo a la futura suegra de tu hermana?
—Esa mujer es un tormento, Selena. ¿Viste cómo se
comportó cuando nos conocimos?
—Un poco snob, es cierto.
—¿Un poco? —repitió Miley poniéndose recta y
ajustándose unas gafas imaginarias mientras miraba con un gesto de
desaprobación a Selena, que comenzaba a reír—. Buenas noches, querida —imitó Miley—. Tú debes de ser Miley. Demi me ha dicho que vives en Las Vegas. Bueno, —añadió mientras hacía como que olía mal—, me imagino que al fin y al cabo todo
el mundo tiene que vivir en algún sitio.
—Tienes razón, esa mujer es un tormento- contestó Selena riendo.
—Admítelo, te gustaría verla borracha.
—Es cierto. —contestó Selena abriendo un armario y
sacando patatas fritas y galletitas saladas—. Olvídate de los canapés,
serviremos esto. A mí me gusta más. Tú puedes encargarte del ponche. —añadió
echando los aperitivos en boles y comenzando a comer patatas fritas.
—Entonces vamos. Me temo que sólo sirviéndoles
ponche conseguiremos salvar la noche.
—Miley Lombard, eres una mujer perversa, pero menos
mal que has venido.
Nunca hubiera soñado con no aparecer; pensó Miley mientras seguía a Selena hasta el salón con las patatas y las galletitas
saladas. Después de todo, su hermana pequeña se casaba, y siempre se habían
apoyado la una a la otra. Siempre se habían enfrentado a todo juntas, desde que
eran unas mocosas: a las casas nuevas, a los colegios nuevos, a los amigos
nuevos.
Miley siempre había compartido con su hermana sus
amigos, y Demi siempre la había ayudado a aprobar los exámenes.
Después Miley había observado con orgullo y con
cierta envidia cómo la pequeña Demi se había graduado y había conseguido un
empleo en la prestigiosa Jefferson
Sporting Goods de Chicago. Mientras tanto, ella cambiaba de trabajo
constantemente. En los últimos años se sentía incapaz de mantener el interés
por nada.
Demi iba a casarse en el plazo de dos días con Joe Jefferson, el hermano pequeño de Nicholas J. Jefferson IV, el hombre que
dirigía la empresa de artículos de deportes. Miley no conocía aún a ese último Nicholas. Era un hombre al que le gustaba que le llamaran Nick, que
significaba victoria, triunfo.
Demi le había contado que era guapo pero serio,
uno de esos hombres de los que sólo piensan en el trabajo. Joe, gracias a
Dios, era en cambio un mar de risas.
Se acercó a su hermana y recogió la cámara de
fotos. Habían hecho bastantes aquel día. Si no hubiera sido por su fe en Joe,
hubiera raptado a Demi allí mismo, antes de que se convirtiera en otra mujer
como las del salón. Echó un vistazo a su taza de ponche. No lo había probado.
Se inclinó sobre ella y le dijo:
—Bebe. De un momento a otro el vino va a correr por
este salón como la espuma.
—¿Y qué planes habéis estado tramando tú y Selena en la cocina, si puede saberse?- rió Demi.
—Confía en mí, tu despedida de soltera será mucho
mejor si estás un poco alegre —contestó Miley volviéndose hacia el resto de
mujeres reunidas—. ¿Algún voluntario para jugar?
Todas se quedaron mirando a Miley. En el silencio de
la habitación sólo se oían las risas sofocadas de Demi. Selena dejó el bol y
recogió un montón de blocs de notas de una mesa.
—Conozco un juego de adivinanzas divertido. —intervino Selena.
—Se trata de adivinar los nombres —sonrió Miley—.
Tengo una idea. A ver quien adivina el tamaño del pe... de Joe.
Muchos ojos se abrieron inmensamente., y se oyeron
algunas risitas. La señora de Nicholas M. Jefferson III, sentada sobre un
sillón de orejas como una reina en su trono, se puso colorada.
—No creo que sea una idea muy...
—Todas adivinaremos el número de hijos que va a
tener Demi —dijo Selena deprisa—. Una vez que hayamos dicho la cifra
barajaremos las cartas y...
Miley dejó de prestar atención a la larga
explicación del juego. Quizá, después de todo, tuviera que raptar a Demi y a Joe y llevárselos a Nevada, donde podrían pasarlo bien. Los largos tentáculos
de la Jefferson Sporting Goods, con
su dinero y su prestigio, podrían acabar con sus vidas si se quedaban en
Chicago.
Mientras las mujeres jugaban al juego que dirigía Selena, Miley hacía la ronda rellenando discretamente las tazas de ponche. Vació
y volvió a llenar el bol dos veces. Demi seguía sin beber nada, pero no era
ella quien le preocupaba. En otras circunstancias su hermana podía pasárselo
tan bien como cualquiera. Poco a poco, Miley fue sintiéndose más satisfecha de
cómo se iba desarrollando la reunión. Cada vez se oían más risas, y las
posturas de las mujeres se relajaban, se hacían más desinhibidas.
Entonces Selena miró el reloj y sugirió que Demi abriera el resto de los regalos. Miley supuso que el ponche habría producido ya
los efectos deseados, así que volvió junto a su hermana y le ofreció un paquete
envuelto en papel blanco con un virginal lazo. Demi sacó de él un camisón de
franela y agradeció el regalo, que supuso que la iba a mantener bien caliente.
—Coliente y cómoto —argumentó una mujer vestida con
un puritano traje marrón—. ¡Whoop! Quiero decir calionte y cótoto —rió—. ¡Por
Dios! ¿Qué es lo que quiero decir?
Miley miró a Selena, que apretaba los labios en un
intento desesperado de no echarse a reír.
—Lo que estás tratando de decir es caliente y
cómodo, Paty —indicó la señora de Nicholas M. Jefferson III—. Se te ha trabado
la lengua.
—¡Denise Jefferson, creo que estás un poco
achispada! —exclamó una mujer sentada en el sofá que enseguida comenzó a
escurrirse de los cojines—. ¡Y yo también! ¡Qué divertido! Hacía años que no me
ponía alegre.
—Tonterías.— contestó la señora Denise—.
Aquí nadie está borracho. Siéntate bien, Mary.
Mary trató inútilmente de ponerse recta, y Demi agarró a Miley de un hombro.
—Miley, creo que todas están...
—¡Llegó la hora de mi regalo! —la interrumpió Miley recogiendo un paquete negro decorado con un lazo rojo.
—De lo que ha llegado la hora es del café. —murmuró Demi.
—Primero abre esto. —añadió Miley poniéndole el
paquete sobre el regazo.
—¡Qué envoltorio más excitante! —exclamó una mujer
cuyo peinado de peluquería comenzaba a deshacerse—. ¡Excitante, excitante,
excitante! —repitió comenzando a reírse como si hubiera dicho algo muy
gracioso.
—Vamos a ver. —dijo Demi mientras se retiraba un
rizo rubio de la cara y abría la tapa de la caja con miedo, como temerosa de
que algo pudiera saltar— ¡Oh, Dios mío...! —exclamó cerrando la caja de nuevo.
—Déjanoslo ver.—intervino la señora Denise.
dando un meneo a su taza de ponche—. ¿Es que crees que hemos nacido ayer?
—¡Enséñanoslo! —gritó una mujer.
—¡Sí, enséñanoslo! —gritaron otras a coro. En unos
segundos se organizó una aclamación acompañada de palmas— : ¡Enséñanoslo!
¡Enséñanoslo! ¡Enséñanoslo!
Selena se sentó en el suelo cerca de Miley,
empujándola con los codos.
—¿Qué te parece?
—De maravilla —contestó Miley mientras observaba el
resultado de sus tejemanejes y se inclinaba hacia Selena,— Por fin se han
soltado el pelo. Y nuestro chico del strip-tease
vendrá de un momento a otro.
Miley alcanzó la cámara de fotos y se dispuso a
usarla mientras Demi abría lentamente la caja de nuevo y sacaba una pieza de
ropa interior negra.
—¡Wow!— exclamó Selena.
—Siempre he querido ver de cerca una de esas cosas —comentó la señora— Pásala por aquí, Demi, cariño.
—¡Yo primero! —exclamó Mary luchando por no caerse
del sofá— Tú siempre eres la primera para todo, Denise querida.
—Yo también quiero verlo —intervino Paty, la del
traje marrón.
Mientras Miley sacaba fotos, las mujeres se ponían
en pie y se tronchaban de la risa, haciendo un círculo alrededor de la señora
de Nicholas M. III, que se había adelantado y había agarrado la escandalosa pieza
antes de que Mary pudiera hacerlo. Demi sacudió la cabeza despacio y dijo:
—Increíble. Viene mi hermana a la ciudad y en cuestión de horas mi estricta futura suegra está examinando una dudosa prenda de ropa interior y llamándome cariño.
—Disfruta, Demz —contestó Miley bajando la cámara— La vida no ofrece gran cosa aparte de esto.
—Espero que sí, ¿no crees? —intervino Selena sacando la cabeza para mirar hacia la puerta.
—Esperemos. Se está haciendo tarde. Creo que... —de
pronto sonó el timbre de la puerta y Miley se levantó de un salto—. ¡Bingo!
—Miley —la llamó su hermana— No creo que pueda
aguantar mucho más. ¿Qué estás tramando ahora?
—Sólo lo habitual. —contestó volviéndose hacia ella—.
¡Prueba un poco de ponche, hermanita!
La excitación la invadía. Se dirigió hacia el vestíbulo
y miró por la mirilla de la puerta. Al otro lado había un ejemplar de hombre
espléndido. Seguro de sí mismo, iba vestido aparentando ser la quintaesencia de
un hombre de negocios. Bajo un abrigo de lana desabrochado llevaba un traje azul
marino y una camisa azul pálida. Seguramente llevaba debajo un calzoncillo
color vino burdeos que no pasaría ningún test de moralidad.
Mientras esperaba se pasó una mano por el pelo, se desabrochó
el primer botón de la camisa y se aflojó el nudo de la corbata. A Miley le
hubiera gustado ayudarlo a hacerlo. Si las mujeres del salón no se lo pasaban
bien, ella desde luego sí pensaba hacerlo.
Su mandíbula, triangular y bien esculpida, mostraba
las sombras típicas de barba de las cinco de la tarde. Parecía un típico
ejecutivo tras un largo día en la oficina. En el maletín probablemente llevaba
un pequeño equipo de sonido. Si su show estaba tan logrado como su aspecto se
iba a ganar una buena propina.
Miley abrió la puerta.
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¡Hey! Les subiré los 2 primeros capis de la nove para ver que tal(;
haha, besos!
ME TENTE DE LA RISA JAJAJAJAJAJAJAJAJAJAAJAJ XQ SE ME HACE QUE ESE TAL EJECUTIVO ES NICK JAJAJAAJJA VOY A SEGUIR LEYENDO XD
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