sábado, 26 de mayo de 2012

SHUT OUT; Cap 22

La tercera fiesta de pijamas se celebró ese sábado por la noche en casa de Selena.


Unas pocas chicas pusieron excusas para no venir porque, bueno, no podían soportar a Selena y no querían estar en ninguna parte cerca de su "fortaleza del mal". Pero me las arreglé para convencer a Mandy de que no se fugara, y nos dirigimos juntas sobre las ocho.


En ese momento, no estaba ni de cerca tan ansiosa por las fiestas de pijamas. Había llegado a conocer a todas las chicas muy bien, e incluso estaba acostumbrada a estar en habitaciones abarrotadas.


Esta noche, estaba en realidad esperando con interés la fiesta.


Resulta que, Selena probablemente debería haber estado montando fiestas de pijamas todo el tiempo. Su casa era enorme. Especialmente su dormitorio. Era tan grande como mi sala de estar y contaba con una ventana gigante de pared a pared con vistas al patio trasero, donde había una piscina de tamaño olímpico y un columpio, este último, supongo, pertenecía a los hermanos pequeños de Selena.


—Put* rica —masculló Mandy cuando entramos en la habitación.
—Sé buena —siseé. Una parte de mí quería decirle lo que Selena me dijo en mi cocina, que ella sólo odiaba a Mandy porque estaba celosa. Pero Selena no querría que ella supiera eso, por lo que mantuve la boca cerrada. Tal vez ellas serían más felices odiándose la una a la otra, de todos modos. Esto las mantenía a ambas lejos del aburrimiento.


Tomamos asiento en un pequeño sofá de dos plazas al otro lado de la cama de Selena.
Esta se había quedado abajo para dejar entrar a unas cuantas chicas más, pero nosotras habíamos llegado un poquito temprano, por lo que casi nadie había llegado aún.


—¿Por qué alguien necesita una habitación tan grande? —preguntó Mandy— En serio.
—No lo sé, pero no me quejo. No vamos a estar muy apretujadas esta noche. Por favor se amable, ¿de acuerdo? Realmente no quiero que ella te eche a patadas, y tú sabes que estará buscando cualquier excusa para hacerlo.


Mandy suspiró dramáticamente.


—Bien. Me voy a portar mejor que nunca.
—Gracias.


En ese momento, Demi volvió a la habitación con Demi, Susan, Mary, y algunas de las novias de los jugadores de fútbol.


—Tomen asiento donde se sientan cómodas —dijo Selena— Simplemente, no desordenen nada.
—Nos trata como si tuviéramos cinco años —gruñó Mandy.
—Yo hago lo mismo —le recordé en un susurro— Y no te quejas.
—Sí, pero tú me gustas. Esa es la diferencia.


Le golpeé en el pie con el mío y se quedó en silencio.


Diez minutos más tarde el resto de las chicas habían llegado, y Selena estaba jugando a la anfitriona, pasando alrededor un plato de mini-magdalenas y buscando almohadas extras para que las personas se sentaran en ellas. Era un lado de ella que nunca había visto, y me pareció divertido. Creo que Mandy estaba percibiendo una parte de esto, también, porque me miraba a mí y se reía tontamente entre pastelitos.


—Así que vamos a empezar —dijo Selena después de que las magdalenas se había repartido. Se sentó en la cama y cruzó las piernas— ¿Qué hay en la agenda para esta noche?
—Amiga, es una fiesta de pijamas, no una reunión del consejo de estudiantes —dijo Mandy.
—Pero por lo general tenemos algo planeado para hablar —argumentó Susan, extendiéndose sobre su estómago en el suelo.
—La primera semana eran divertidas historias sobre hacer miserables a los chicos. La semana pasada fue la virginidad de Miley.
—Eso suena tan extraño cuando lo dices en voz alta —bromeó Demi.
—Podríamos contar historias divertidas otra vez.
—Sí, eso podría ser divertido.


Asentí con la cabeza a las sugerencias arrojadas por algunas de las chicas.
Esta vez, sin embargo, no estaría compartiendo. Pillar a tu novio engañándote en la Bienvenida no es tan divertido, realmente.
Al parecer Mary estaba pensando lo mismo, porque preguntó:


—¿Alguien tiene historias, entonces? La verdad, yo no.
—Sí, yo tampoco.
—Ni yo.


Mandy y yo intercambiamos una mirada de "el barco se está hundiendo", y a través de la habitación, pude ver una expresión abatida de Selena. Ella debe haber tenido grandes esperanzas para la primera fiesta de pijamas en que era anfitriona. Me sentí mal, pero no sabía qué hacer. Empecé a sentirme nerviosa, esa sensación fuera de control que sentía cuando no tenía un plan o una rutina a seguir, y tuve la súbita necesidad de declarar un juego de esconder y buscar, al igual que había hecho en la fiesta del decimosegundo cumpleaños de Demi cuando las cosas empezaron a ir mal.
De alguna manera, no creía que fuera a funcionar esta vez.


—Eh —dijo alguien al otro lado de la habitación— ¿por qué los chicos están fuera?
—¿Qué?


Todas nos abrimos paso a través de la habitación para mirar por la ventana, ahorrándome el esfuerzo de encontrar algo que hacer. Me apoyé contra el alféizar, encajada entre Mandy y Demi, y miré hacia abajo a la piscina de Selena, donde un grupo de chicos se agrupados, como si estuvieran haciendo un plan antes de un partido de fútbol.


—¿Qué están haciendo? —preguntó Selena.


Nadie tuvo la oportunidad de hacer hipótesis antes de que consiguiéramos nuestra respuesta. El pelotón se rompió y uno a uno los chicos se acercaron al borde de la piscina. Estábamos solas en el segundo piso, por lo que pude ver las caras de los chicos, sobre todo cuando empezaron a mirar hacia arriba a la ventana de Selena, donde estaba segura que podían vernos a todas mirando embobadas hacia ellos.


El grupo era una mezcla de jugadores de fútbol americano y de fútbol. Pude ver a David, y al novio de Susan, Luther, de donde yo estaba de pie. Un segundo después identifiqué al novio de Selena, Justin, y luego ahí estaba Joe. Conté diecisiete chicos en total, incluyendo a los novios de cada una de las chicas que asistían a la fiesta de pijamas. Sin embargo, Liam no estaba a la vista.


Pero, en la parte de atrás del grupo, sonriendo hacia mí, estaba Nick.


—Oh, no —murmuré.
¿Qué demonios está pasando? —preguntó Mandy.


Creí saberlo, pero no respondí. No sabía cómo responder.
En el suelo, Nick dio una señal, y todos los chicos se alinearon por la piscina. Al unísono, se quitaron las camisetas y las arrojaron sobre la hierba. Un audible suspiro -como los que escuchas en una comedia de enredo de las que están "filmadas en un estudio con público en vivo" llenó la habitación. Era casi divertido, de verdad. Tal fuerte reacción a un grupo de chicos sin camiseta.


No es que estuviera juzgando. Es decir, estos eran algunos de los chicos más atléticos en la escuela, lo que significaba que tenían algunos de los mejores cuerpos. Era como un museo de brazos musculosos y paquetes de abdominales en el césped de Selena. Y, naturalmente, me encontré mirando fijamente a Nick. Era la primera vez que lo veía sin camiseta, e incluso desde la distancia… wow.


Esto no iba a ayudarnos con todo el problema de la tensión sexual en el trabajo.


Les hizo otra señal y los chicos se quitaron los pantalones vaqueros. Me sentí ruborizarme y casi miré hacia otro lado antes de darme cuenta que todos llevaban puesto bañadores debajo de la ropa.


—Oh Dios mío —oí susurrar a Selena— Tenemos que conseguir sacarlos de aquí. Si mis padres ven esto... —pero no se alejó de la ventana.


Quitándose los bañadores, los chicos empezaron a saltar a la piscina de Selena. Se acercaba el final de septiembre, pero el clima era todavía lo suficientemente bueno para nadar en buenas condiciones. Los chicos se balanceaban y se lanzaban alrededor de laa piscina, mirando hacia arriba cada pocos minutos, ocasionalmente saludando o llamándonos para que nos uniéramos a ellos.


—Tal vez deberíamos… —comenzó Susan.
—No —dije rápidamente— No, no, no. Esta es sólo su manera de jugar con nosotras. Quedándose medios desnudos y mojados y pensar que será suficiente para hacernos renunciar a la huelga. Bueno, no funcionará.
—¿Estás segura de eso? —preguntó Mandy, ladeando la cabeza y claramente comiéndose con los ojos a David, que acababa de lanzarse como bala de cañón en la piscina—. Tienes que admitir que estos chicos están bastante bien, Miley. Este ha sido un buen movimiento.... Creo que quiero ir a nadar.
—Sí —dijeron otras pocas chicas— Yo también.
Esto no significa que algo tiene que pasar.
—No tenemos que hacer nada… sólo nadar. No estábamos haciendo nada divertido de todos modos, ¿no?
—¡No! —grité de nuevo. Rápidamente, comencé a empujar a las chicas alejándolas de la ventana. Violentas protestas lucharon contra mis esfuerzos, pero las empujé de todos modos— Bajamos ahí, y ellos harán otro movimiento —dije— Esto es la guerra, y eso es una trampa. —una buena, añadí mentalmente, enfocando toda mi energía en no girarme para mirar por la ventana a Nick otra vez.
—Sé que todas quieren ir ahí abajo —dije Pero la rivalidad no ha terminado. Los chicos sólo están usando esto para obligarnos a romper nuestro juramento. Ustedes no quieren eso, ¿verdad?


Pero nadie respondió; todas siguieron mirando fuera.
Mary me dio una mirada y corrió hacia el extremo opuesto de la ventana para ayudar.
Para ser una chica pequeña, ella podía dar guerra.
Juntas conseguimos dirigir a todas las frustradas chicas hacia dentro, y entonces Mary inmediatamente cerró las persianas.
Las chicas se quejaron y volvieron a sus asientos originales en la cama y el suelo de Selena. En el exterior, los sonidos de los chicos llamándonos, implorándonos que bajáramos y nos uniéramos a ellos, aún se podían oír.


—Esto solo es una farsa —le murmuré a Mary. Me sentí como si estuviera en mitad de una escena de una comedia adolescente. Yo estaba medio esperando el montaje de una acción épica de los chicos intentando llamar nuestra atención, sonando la canción de Blondie "One Way or Another", para continuar con este momento ridículo en mi vida.
—Oye —dijo Selena, tocándome en el hombro y susurrando al oído para que las demás no lo oyeran— voy a bajar para hacer que los chicos se vayan antes de que mis padres vuelvan a casa y suelten su mierd*.
—Oh, no, no lo harás —dije rápidamente— No creo…
—Miley —dijo ella, sacudiendo la cabeza— Créeme, no tienes que preocuparte de que caiga en la tentación.


Le fruncí el ceño, pero sabía que ella tenía razón. Si había alguien en quien pudiera confiar, era Selena. Ahora, eso ha sido un pensamiento loco, pero era verdad. Ella me había confesado que realmente no disfrutaba del sexo, ¿así que por qué le tentaría romper el juramento? Asentí y ella cruzó la puerta en silencio mientras yo llamaba la atención de las demás.


—Está bien, todas ustedes, escuchen —dije— Los chicos ahora están organizados. Lo vieron eso. Están luchando contra nosotras porque quieren sexo. La rivalidad no ha terminado, pero quieren que la huelga termine. Las cosas están a punto de ponerse más difíciles para nosotras.


Mary se rió de mí.


—Suenas como un comandante del ejército.
—Deberías verla jugar al escondite —bromeó Demi.
—Concéntrense —le espeté. Dios, realmente sonaba como si estuviera en el ejército. Pero era necesario ahora, ¿no? Al hacerse a sí mismo el líder del lado de los chicos, Nick había convertido esto en más o menos una guerra. Si los chicos tenían tácticas, necesitábamos formas de combatirlos.
—Entonces, ¿qué hacemos? —preguntó Demi.
—Tenemos que devolverles la pelota —le contesté— Combatir el fuego con fuego. ¿Ellos quieren estar semi-desnudos y seducirnos? Digo que nosotras hagamos lo mismo. Empujarlos un poco, hacer que nos quieran. Son chicos. Se romperán antes que nosotras.
—Pensé que no íbamos a provocarles —dijo Mandy.
—Eso fue lo que dijiste en la primera reunión.
—Eso fue antes de que los chicos decidieran hacer de esto una pelea. No nos han dado otra opción —argumenté— No estoy sugiriendo nada extremo… sólo llevar camisetas un poco más cortas de lo normal, o enseñar un poco las piernas. Eso es todo lo que haremos.
—Eso suena verdaderamente divertido —dijo Demi, con una sonrisa— Yo tengo un nuevo vestido por el que he estado muriéndome por tener una excusa para ponérmelo. Tal vez mi cita de mañana por la noche es precisamente la ocasión.


Otras pocas chicas sonrieron y chillaron de acuerdo, planificando sus métodos de tentación.
Después de que el parloteo se calmara, Susan suspiró y miró hacia las persianas cerradas sobre la ventana.


—Me siento tan… sucia. Como, no sé. En este momento, me siento como una pervertida.
—Yo también —dijo Demi— Dios, nunca pensé que estaría haciendo el tonto sobre esto tanto. Es tan vergonzoso.
—¿Por qué? —preguntó Mandy— ¿Porque los chicos las tienen a todas a cien?


Demi se encogió de hombros, sin mirarla.
Mandy suspiró.


—Está bien, no las entiendo chicas. Tal vez soy, como, un mal ejemplo del género femenino o algo así, ¿pero qué hay de malo en pensar en el sexo? ¿Por qué toda esta mierd*? Los chicos lo hacen.
—Eso es porque son chicos. —dijo Demi— Es normal en ellos.
—Así que si está bien para ellos, ¿por qué las chicas tienen que sentirse sucias cuando piensan en eso? —exigió Mandy. Me miró en busca de ayuda, pero lo único que podía hacer era encogerme de hombros. Evidentemente, yo estaba a oscuras tanto como las demás. Sólo Mandy parecía saber lo que estaba haciendo— Mira. Esto es una estupidez —dijo ella— Vivimos en una supuesta sociedad igualitaria, así que ¿cuál es el problema? No me avergüenzo de pensar en el sexo. O hablar de ello. O tenerlo.
—Sí, y mira cómo la gente habla de ti. —Selena estaba de pie en la puerta de su dormitorio, con los brazos cruzados sobre el pecho. Ni siquiera yo no la había escuchado volver.
—No me disculpo por lo que soy —dijo Mandy rotundamente.


Los brazos de Selena cayeron a sus costados, y entró en la habitación.


—Entonces eres afortunada, porque no todas podemos decir eso.


Nos miramos a los ojos por un segundo antes de que ella mirara a las otras chicas.


—No me gusta el sexo —dijo Kelsey, encogiéndose de hombros—. Solía pensar que eso me hacía rara. O que si se lo decía a alguien, se burlarían de mi o me llamarían lesbiana o algo así. No lo soy; sólo que no lo disfruto. Pero si todas vamos a ser abiertas y honestas... Chloe se siente cómoda con quién es, y Mary y Lissa son vírgenes, así que es mi turno.


Chloe miró a Kelsey con asombro. Me preguntaba si ella estaba sorprendida, al oír que alguien no disfrutaba del sexo. Pero ella dijo:


—¿Acabas de hacerme un cumplido?
—No te acostumbres.
—Me niego a chupársel* a Luther —dijo Susan. Todo el mundo se volvió para mirarla, pero ella solo lanzó sus oscuras trenzas sobre un hombro— ¿Qué? Hay algo sobre eso que me molesta. Hay algunos lugares a los que las bocas simplemente no tienen sentido que vayan, ¿sabes?
—Eso es lo único que haré con mi novio —dijo alguien desde el fondo de la habitación— Para mí, eso es menos aterrador que ir hasta el final.


Sonreí para mis adentros. Mary y yo no éramos las únicas vírgenes en la habitación y no había sido la única en mantener mi falta de experiencia en secreto. Eso me hizo sentir mejor, sabiendo que no estaba sola, pero dándome cuenta de que también me puso un poco triste. ¿Por qué había tenido miedo de admitir que era virgen? ¿Por qué era alguien?


—¿Así que, eh, odias el sexo con todos, o solo con Justin? —le preguntó Mandy a Selena.
—Yo no lo odio. Es sólo que realmente no lo disfruto.
—Está bien, pero eso no responde a mi pregunta. ¿Es malo con todo el mundo, o solo con Justin?


Selena se movió incómoda.


—No es que sea de tu incumbencia, pero sólo he estado con Justin, así que...
—Así que probablemente es que él sólo apesta en la cama.
—Mandy —reprendí— Se agradable.
—¿Qué? —preguntó ella—. Muchos adolescentes apestan. Créeme, lo sé. Pero Selena debería estar encantada. Esto significa que todavía hay esperanzas para ella.
—A menos que me quede con Justin —respondió enfáticamente Selena.


Mandy se burló.


—Por favor. Los novios de secundaria no duran para siempre, y si lo hacen, acaban siendo miserables y empiezan a tener teniendo romances. Pregúntale a mi padre.
—Oye, Selena, ¿tú lo finges? —dijo Demi, cambiando de tema. Gracias a Dios— Digo… ¿los orgasmos?


Selena se puso aún más roja.


—Sí. ¿Por qué?
—Porque también lo he tenido que hacer un par de veces —admitió Demi— No siempre, pero Joe se pone a la defensiva si cree que no estoy disfrutándolo, así que... Pero de todos modos, no creo que sea tan raro, en realidad. Aprendí como fingirlo, a raíz de esa escena de Meg Ryan en 'Cuando Harry conoció a Sally'.
—¿Cuándo Harry conoció a quién?
—Es una vieja película de los ochenta —dijo Demi, encogiéndose de hombros— Yo la vi en el VH1.
—Puedo decir honestamente que nunca he tenido que fingirlo —dijo Mandy, sonriendo— Por supuesto, soy una put*, así que si no puedo conseguirlo, solo dejo que el chico sepa lo malo que es.
—Y esa —Susan gorgojeó— es la razón por la que Rod Copland pasó de ser un semental a un chiflado emo. Mandy acabó con su juego.
—Oye, la honestidad es la mejor política —dijo Mandy.


Susan parecía un poco avergonzada.


—Sí... la honestidad. De alguna forma jodí eso. Le dije a Luther que era mi primera vez a pesar de que me lié con un tipo en la fraternidad de mi hermano el año pasado, antes de que empezáramos a salir.
—¿Así que él pensó que eras virgen? —pregunté.


Susan asintió, viéndose un poco avergonzada.


—¿No pudiste, de alguna forma, decírselo? —preguntó Selena.
—No realmente —dijo Susan tímidamente— Era su primera vez, por lo que él no sabía exactamente lo que estaba buscando... si saben lo que quiero decir.
—Pero ¿por qué mentirías? —preguntó Mary.
—No quería que él se sintiera avergonzado. Al igual, que no quería hacerlo sentir mal porque lo había hecho y él no. Por otra parte, ¿estarías muy orgullosa de liarte con un tipo de una asquerosa fraternidad en una fiesta de disfraces?
—Depende —dijo Mandy— Si él hubiera llevado un disfraz genial…
—Estaba vestido como Bob Esponja —admitió Susan.
—Ugh. Bueno, sí. Yo también mentiría.


La charla burbujeo mientras todo el mundo comenzó a intercambiar experiencias, teorías y filosofías sobre las relaciones sexuales. Yo estaba tan fascinada por todas las diferentes opiniones del tema que me olvidé de estar avergonzada. Tal vez si hubiéramos discutido esto antes, no habría tenido tanto miedo de reconocer que era virgen. Tal vez las demás no se lo habrían hecho pasar tan mal a Mary en nuestra primera reunión.


Me di vuelta y miré a Mary a los ojos. Ella me estaba sonriendo, y sabía que estaba pensando lo mismo. Ella no era extraña en absoluto. Ninguna de nosotras lo era.


—Son muy jodidas, las normas —dijo Selena abruptamente, tirando una almohada al suelo— Debería gustarte, pero no debería gustarte demasiado hablar de lo mucho que te gusta. Deberías hacerlo, pero no deberías hacerlo con demasiadas personas o hablar de lo mucho que lo estás haciendo. Es como que hay demasiadas reglas, pero ninguna de ellas tiene sentido.
—¿Entonces tal vez deberíamos hacer nuestras propias reglas? —sugirió Mary nerviosamente— Al igual que... cambiar el juego, ¿sabes?
—Creo que eso es lo que estamos haciendo ahora —dijo Mandy—. Sólo por tener esta conversación. Las otras reglas pueden joderse a sí mismas.
—Vaya, Mandy —dijo Demi— Eso es tan profundo.
—Lo sé. Debería ser una filósofa estrafalaria o algo.


Me tumbé sobre el estómago, los codos pegados a la alfombra y la barbilla apoyada en las manos.


—Me gusta. Las reglas pueden joderse a sí mismas. Ese debe ser nuestro lema de grupo.
—Oh, Dios mío —gorgojeó Mary— Necesitamos camisetas.


Mientras la habitación estallaba a hablar otra vez, me di cuenta de hasta qué punto estaba feliz de que fuera yo la que hubiera empezado la huelga. Claro, que había comenzado debido a la disputa deportiva, pero ahora se trataba de mucho más. Se trataba de independencia, confianza y liberarse de los estereotipos y etiquetas. Ahora, ganando o perdiendo, yo tenía a estas chicas -estas amigas- quienes me habían probado que no hay tal cosa como normal, y que no tenía nada de qué estar avergonzada. Incluso si los chicos ganaban, esta huelga me habría dejado algo. Algo importante.


No es que los chicos tuvieran ni una maldita oportunidad de ganar. Yo personalmente me iba a asegurar de que eso no pasara.

No hay comentarios:

Publicar un comentario

¡No olvides comentar!(:
Gracias por tomarte unos segundos de tu tiempo♥
Y más por leer mis noves, un beso!