sábado, 26 de mayo de 2012

SHUT OUT; Cap 21

Estaba haciendo la cena el miércoles por la noche —sólo tres semanas después del inicio de la huelga— cuando finalmente supe algo de Liam.
Lo había visto en la cafetería y había pasado delante de él en el pasillo, pero cada vez que él se acercaba, Mandy me llevaba a rastras hasta el baño de chicas fuera de vista o me metía en clase, sin estar segura de si quería que él me pidiera disculpas o que simplemente me dejara en paz para siempre. El hecho era, que lo extrañaba. Habíamos estado juntos más de un año, así que era algo imposible no hacerlo. Y me di cuenta de que después de ese primer día en la cafetería, "La Rubia" nunca parecía estar con él.


Me preguntaba si él la había dejado. O si ella lo había dejado a él.


Medio había imaginado y esperado que Liam se presentara para disculparse el día después del baile, pero después de que terminara la semana, asumí que eso no iba a pasar. Así que no estaba preparada para que él se presentara en mi casa esa noche.


Acababa de revisar el asado cuando el timbre sonó. Comenzaba a quitarme los guantes para ir a abrir cuando mi papá gritó:


—¡Yo iré!


Escuché las ruedas girar a través de la alfombra, y un segundo después, la puerta se abrió.
El silencio no llamó mi atención al principio —me imaginaba que sólo era alguien intentando vender algo— y fui a poner la mesa. Pero la voz de papá, baja y cansada, llegó a mis oídos.


—Liam. ¿Puedo ayudarte?
—Hola, Sr. Cyrus. —su voz sonaba muy optimista. Muy relajada y normal. Una lanza me atravesó el pecho al escucharlo tan feliz cuando él me había dejado tan miserable.
—¿Está Miley?


Papá suspiró.


—Ella está, pero no creo que deba verte.
—Escuche señor —dijo Liam un poco más serio— Sólo necesito…
—Sé lo que pasó en el baile, Liam —dijo papá— Ella me lo dijo. Y creo que es mejor que te vayas.
—Pero… está bien. ¿Puede simplemente…


Uno, dos, tres, cuatro…
Liam dejó escapar un largo suspiro.


—¿Puede simplemente decirle que lo siento? Sé que metí la pata, pero la amo.
—Seguro.


Un segundo después la puerta se cerró. Puse un plato en el asiento de Trace y me di la vuelta hacia la sala de estar. Papá estaba apoyado en la puerta, observándome.


—Supongo que escuchaste el mensaje.
—Lo hice. Gracias.
—No querías verlo, ¿o sí? Debí haberte preguntado.
—No. Está bien.
—¿Lo echas de menos? —preguntó papá.


Caminé hacia el cajón de los cubiertos y tomé los cuchillos y los tenedores que necesitaríamos esta noche.


—Sí —admití— Extraño la forma en que podía hacerme reír y su estúpida sonrisa, y lo dulce que podía ser. Sólo que no sé si eso es suficiente para perdonarlo.
—Sí —papá suspiró—. Te entiendo. También lo echo un poco de menos. Pero verlo justo ahora y recordar lo mal que estabas este fin de semana… Incluso si resuelven las cosas, no sé si podría verlo de la misma forma otra vez.


—Bueno, no tienes de qué preocuparte —le dije, volviendo a la mesa y poniendo los toques finales— Me voy a unir a un convento después del instituto. No más chicos.
—No te burles de mí de esa manera —dijo papá— Podría empezar a creerte.
—Lo digo en serio.
—No lo haces.


Sacudí la cabeza y me hundí en una de las sillas.


—El asado estará listo en una media hora —dije— Esperemos que quede bien.
—Así será.


Sonreí, y papá regresó a la sala de estar, comprendiendo sin que se lo dijera que necesitaba estar sola por un minuto.


No me había sentido tan bien como esperaba al escuchar la disculpa de Liam.


No estaba exactamente tentada a correr de nuevo a sus brazos, de la forma en que había temido que estaría. En cambio, sólo seguí imaginándolo besando a "La Rubia" y preguntándome, por enésima vez, por qué no había sido lo suficientemente buena. Por qué sólo valía la pena conservarme si me acostaba con él. Él no sólo me había roto el corazón -me había humillado frente a nuestros amigos-.


Amaba a Liam Lo sabía. Pero nunca podría confiar en él otra vez. Así que, sentada en la cocina, me hice una promesa a mí misma: Sin importar lo que pasara, nunca aceptaría a Liam de nuevo. No una segunda vez. Ni nunca. Esta vez, por difícil que fuera aceptarlo, nuestra relación estaba verdaderamente terminada.


***


El jueves por la noche, decidí que oficialmente odiaba a toda la población masculina.
Como si Liam, Nick, y los chicos de la escuela atormentándome acerca de mi vida sexual no fuera suficiente, también había tenido que lidiar con mi hermano, quien, estaba claro, realmente disfrutaba torturándome.
Ya estaba teniendo una mala noche. Todo comenzó cuando Jenna anunció que saldría temprano -lo cual sonaba como algo bueno, ¿no? Pues no.


—Eso significa que ustedes dos tienen que cerrar juntos —nos dijo a Nick y a mí mientras agarraba su chaqueta del respaldo de la silla del escritorio de enfrente— Terminen de poner en los estantes los libros devueltos, apaguen todas las luces, asegúrense de apagar la computadora. Y cierren las puertas, por el amor de Dios.
—Jenna, ya he cerrado antes —le dije— Sé lo que hay que hacer.


Ella entrecerró los ojos hacia mí y se echó su cabello rojo por encima del hombro.


—Sólo no se distraigan —dijo ella, lanzando una para-nada-sutil mirada a Nick, quien estaba a unos pocos metros detrás de mí. Ella bajó la voz cuando se giró hacia mí y añadió— He visto la forma en que lo miras, y déjame decirte que, los romances en el trabajo, aunque haya una increíble atracción, nunca funcionan.


¿Jenna acaba de llamar a mí no-relación con Nick "increíblemente atrayente"? Puaj, puaj, puaj.


—No hay nada entre…
—Como tú digas —dijo ella, haciendo un gesto con la mano. Pero incuso antes de que Jenna me interrumpiera, sabía que era mentira. Claramente había algo entre Nick y yo; es sólo que no estaba segura de qué era— Sólo hagan su trabajo. Me tengo que ir, y no quiero estar tras de ustedes mañana.
—Nosotros nos encargaremos —dijo Nick, viniendo a mi lado. Sentí el calor subir a mis mejillas, preguntándome cuánto de la conversación con Jenna había escuchado— No tienes nada de qué preocuparte.
—Ya lo veremos. —ella tomó su bolso y, sin decir adiós, salió de la biblioteca.


Y me quedé sola con Nick.
Pero eso no era el final. Después de que mi turno hubiera terminado llamé a Trace, a quien ya se le estaba haciendo tarde para recogerme.
Él contestó después de cuatro timbrazos.


—Mierd*, Miley, lo olvidé.
—Hola a ti también, querido hermano.
—¿Puedes conseguir otro transporte? —preguntó Trace.
—¿Por qué? ¿Dónde estás?
—Tengo una cita esta noche —dijo— Estoy yendo a encontrarme con ella en este momento. Lo siento, Miley. Realmente olvidé que era jueves.
—¿Estás bromeando? —pregunté, esperando que sólo fuera una coincidencia que Jenna hubiera salido temprano esta noche— Trace, vamos.
—Lo siento, Miley. Llama a alguien para que vaya por ti —dijo— Me haré cargo de ti más tarde. Me tengo que ir. Adiós.


Clic.


—Maldición —murmuré, metiendo el teléfono en el bolsillo trasero de mis pantalones.
—Hey —dijo Nick, rozándome al pasar junto a mí -deliberadamente, estaba segura- en su camino hacia la salida— ¿Todo está bien? ¿Necesitas que te lleve?


Suspiré, sabiendo que no tenía otra opción.


—Sí, lo necesito. ¿Te importaría?
—Para nada. —se estiró y presionó el interruptor de la luz cerca de la puerta, haciéndonos quedar en la oscuridad. Di un grito ahogado, sobresaltada por mi ceguera repentina, y Nick dijo— Perdón. ¿Debería encenderla de nuevo?
—No, está bien —dije. Solamente estaba a unos cuantos metros de la puerta.


Tendría que ser realmente torpe para no ser capaz de recorrer exitosamente esa distancia a oscuras.
Di unos pocos pasos tambaleantes hacia Nick y hacia la salida, pero justo antes de llegar a la puerta, mi sandalia se enganchó en un surco de la alfombra, haciendo que tropezara hacia adelante. Naturalmente, caí justo en los brazos de Nick. Dios, él era bueno. Esto estaba claramente planeado para volverme loca. Ahora que él estaba liderando el lado de los chicos, distrayéndome obviamente de su objetivo. Y él sabía exactamente cómo hacerlo, también.






—¿Estás bien? —preguntó, sus labios sólo a unos centímetros de mi oído izquierdo, enviando un escalofrío por mi espalda.
—¡Estás haciendo esto a propósito! —espeté. Creo que realmente no quería decirlo en voz alta pero, como siempre, las palabras simplemente parecían fluir cuando estaba cerca de Nick.
—¿Haciendo qué a propósito?


Torturándome.
Burlándote de mí.
Tratando de engañarme para terminar con la huelga.


—Nada —dije secamente, encogiéndome de hombros para separarme de sus brazos y alejándome. Encontré la puerta y la abrí.
—Ciérrala desde el interior y sal por la puerta de empleados. Nos encontraremos en tu coche. —hice una pausa y me aclaré la garganta antes de añadir— Uhm, ¿por favor?
—Está bien. —Sólo podía distinguir el café de sus ojos, y por un momento consideré volver hacia él, dejando que sus brazos se envolvieran a mí alrededor otra vez, y seguir esos impulsos que sólo podía admitir en la oscuridad.


Pero no lo hice. En vez de eso, salí rápidamente por la puerta y fui a esperar frente al coche de Nick.
Unos minutos después él salió por la puerta lateral y atravesó el estacionamiento para encontrarse conmigo. Sonrió mientras quitaba los seguros del coche y abría la puerta del pasajero para mí.


—Entra —dijo.
—Gracias —murmuré, deslizándome al interior. 


Todo esto era culpa de Trace, y Nick sólo estaba siendo un idiota, jugando conmigo de esta manera. Odio a los chicos. A todos ellos. Estaba más decidida que nunca a llevar a las chicas hacia la victoria sobre la rivalidad y los chicos que rompían nuestros corazones y nos hacían perder la cabeza.
Teníamos que ganar.


                                                      ***


Esa noche, después de cenar, subí las escaleras hacia mi dormitorio. Estaba a mitad de mi tarea de física cuando alcancé a ver la copia de Lysistrata, que Nick me había dejado, descansando en mi mesita de noche, sin tocar.
Me apresuré con el resto de mi tarea sin revisar dos veces mis respuestas como normalmente hacía -¿cuándo iba a utilizar la física en la vida real de todas formas? Quería especializarme en inglés, no construir montañas rusas- y tomé el libro. Nick había dicho que había una compleja batalla de sexos. Necesitaba saber qué lado ganaba.




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Disfruten el maratón, de hoy, de esta nove & 'Amigos & Amantes'(:
Las quiero!

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