jueves, 9 de febrero de 2012

SHUT OUT; Cap 1

No hay nada más humillante que estar en topless en el asiento trasero del auto de tu novio cuando alguien decide tirar un huevo en el parabrisas.
No Espera. Olvida eso.
Que tu novio salte de encima de ti, salga del auto, y persiga al chico, olvidando completamente que todavía estás medio-desnuda… eso lo supera. Y hay una cosa que es incluso peor que eso.
Que todo esto suceda repetidamente.
Rodé sobre mi estómago y estiré una mano hacia el suelo, buscando mi top y rezando para que las ventanas del nuevo Buick Skylard de Liam fueran tan tintadas como las de su viejo Cougar, el que él había envuelto alrededor de un poste de teléfono el mes pasado. El Buick era más viejo y usado, pero Liam consideraba el asiento trasero más grande como una mejora sobre su otro auto.
No es que éste estuviera siendo usado en ese momento.
Me puse mi top y salté al asiento delantero. Era la tercera vez que el auto había sido atacado —con nosotros adentro— desde que Liam y yo habíamos empezado a salir hace dieciséis meses. Las otras veces habían pasado el último otoño, cuando la rivalidad estaba en pleno funcionamiento, y ambas veces había sido dejada en el auto, humillada, mientras Liam corría detrás del culpable. No era exactamente mi definición de un buen momento.
Casi había pasado un año desde entonces, y había esperado evitar la vergüenza esta vez, pero aparentemente, era demasiado optimista. Aquí estaba otra vez: olvidada, sola, y peleando para retener las lágrimas.
Parte de mí sabía que debería estar enojada, pero en realidad solo estaba herida.
Después de más de un año juntos, esperaba que yo fuera lo primero para Liam. ¿Pero el hecho de que me olvidara tan fácilmente por culpa de un estúpido huevo en su auto?
Eso dolía.
Aparté el CD sensual de R&B que Liam había estado escuchando y moví los botones de su radio, parando en una estación de música vieja para escuchar los últimos segundos de “Night Moves” de Bob Seger mientras ponía mi cabello desordenado en una banda elástica que llevaba alrededor de mi muñeca.
Trece minutos y treinta segundos más tarde, Liam regresó.


—¡Futbolistas malditos! Voy a matar a todos esos idiotas.


Le lancé una mirada. Él sabía que odiaba cuando hablaba así.


—Lo siento —murmuró, cayendo en el asiento del conductor con un golpe seco. Miró fijamente el parabrisas salpicado con huevo, apretando sus dientes—. Simplemente no puedo creer que hicieran eso.
—¿No puedes?
—Bueno, de acuerdo. Puedo, pero estoy enojado.
—Uh-huh.
—Va a ser un dolor en el trasero limpiarlo.
—Probablemente.


Se giró para encararme.


—Odio a esos idiotas. Dios, no puedo creer que no atrapara al chico. David y yo vamos a tener que vengarnos bien por esto.


No dije nada. Había tratado de explicarle antes a Liam el concepto completo de "ciclo de violencia", pero él simplemente no lo captaba. No parecía entender que tomar represalias contra los jugadores de fútbol los llevaría a que ellos lo atacaran de nuevo. Les estaba dando lo que querían. Alimentando esta estúpida rivalidad. Nunca terminaría si seguía peleando como respuesta.
Sin embargo, la lógica no era el fuerte de Liam. Era del tipo espontáneo "actúa ahora, piensa más tarde". Esa era parte de la razón por la que lo amaba. El asunto completo de "los opuesto se atraen" era muy cierto en nuestro caso. Pero algunas veces la impulsividad de Liam era más estresante que sexy.
Él suspiró dramáticamente antes de girarse hacia mí.


—Entonces —dijo, una sonrisa sugestiva deslizándose sobre su cara. Inclinó su cabeza hacia adelante, dejando que su cabello color arena cayera sobre sus ojos—. Ahora que esto está terminado… ¿en dónde estábamos?
—Nosotros —dije, empujándolo mientras se inclinaba para besarme— estábamos en la parte donde me llevas a mi casa.
—¿Qué? —Liam se reclinó, luciendo herido—. Miley, sólo son las diez treinta.
—Soy consciente.
—Mira, sé que ese chico arruinó el momento, pero podemos empezar de nuevo. Por favor, no estés enojada conmigo. Si algo, debes enojarte con el chico que lanzó el huevo.
—No estoy enojada, solo estoy… frustrada.
—No es mi culpa —dijo.
—Es al mismo tiempo tú culpa.
—Vamos, Miley. ¿Qué se suponía que tenía que hacer? —preguntó—. Él le lanzó un huevo a mi auto. Arruinó nuestro momento. Podría haber estado espiándonos… espiándote. Un buen novio no dejaría que algún imbécil se escapara con eso.
—Él se escapó con eso —le recordé—. Ellos siempre se escapan con eso. Si vas a perseguirlos o no, ellos escapan. ¿Así que cuál es el punto?


Quería ser honesta con Liam. Abrirme y decirle lo mucho que dolía cuando me dejaba aquí sola. Cómo eso me hacía sentir barata y sin valor. Habíamos estado juntos por mucho tiempo; nos amábamos; debería haber sido fácil decirle la verdad. Dejarlo salir todo.
Pero todo lo que pude decir fue:


—No estoy bien con ser lo segundo después de esta estúpida rivalidad toda la temporada.
—No eres lo segundo, nena.
—Pruébalo —repliqué.


Liam se quedó mirándome. Las esquinas de su boca se curvaron un poco, como si fuera a salir con una respuesta linda y luego lo pensara mejor. Sus ojos se animaron una vez antes de ponerse en blanco de nuevo. No tenía nada.
Me alejé de él, jugando con los diales de su radio otra vez.


—Sólo llévame a casa, ¿de acuerdo?
—Miley —murmuró. Su mano se cerró alrededor de la mía, alejándola gentilmente de la radio y levantándola hasta sus labios. Besó mi nudillo, susurrando:— Lo siento. Siento mucho que ese imbécil arruinara nuestra noche.


Eso no era por lo que quería que se disculpara.


—Sé que lo sientes.


Su mano se deslizó a mi muñeca y empezó a ascender por mi antebrazo y hombro, parando cuando alcanzó mi cuello. Sus dedos acunaron mi mejilla y me giró para enfrentarlo.


—Te amo —dijo.
—Yo también.


Se movió hacia adelante y le dejé besarme esta vez. Solo un beso rápido y ligero, no la clase de beso que sabía que estaba esperando.


—Todavía quieres que te lleve a tu casa, ¿cierto?
—Sí.


Liam sacudió su cabeza, medio riendo mientras alcanzaba el asiento trasero ciegamente intentando localizar su propia camisa.


—Me sorprendes, Miley Cyrus. La mayoría de las chicas caerían tan pronto les doy la mirada de cachorrito con estos ojos sorprendentes.
—Lo siento. Me gustan los chicos. No los perros. Deberías haber salido con una chica diferente si querías a alguien que se inclinara ante tu voluntad.
—Eso es correcto —dijo, poniendo su camisa sobre su cabeza y girando para manipular las llaves, todavía colgando del encendido—. Me gusta tener chicas que me mantengan en línea. Eres fuerte, inteligente, sexy y…
—Y todavía vas a llevarme a mi casa —dije, dándole una sonrisa dulce.
—Sí, lo adiviné. Pero, hey, no lo hace menos cierto.


Sacudí mi cabeza, incapaz de retener una pequeña sonrisa ahora.


—Oh, solo llévame a casa, adulador.


Y, simplemente así, el drama de la noche casi estaba olvidado.
Casi, pero no completamente.


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Hola! Bueno, les pondré los 3 primeros capítulos... Los dos siguientes es como la 'introducción' no son bastante buenos, pero son para que entiendan la historia(:
Por lo pronto, espero que les guste esta nove...
Por cierto, "David" es David Henrie :P
Comenten, besos.

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