Joe y Miley volvieron a entrar en la cocina cuando Nick estaba terminando de fregar el último plato.
-Demi tiene un ligero dolor de espalda, pero por
supuesto no puede tomar medicamento alguno. Se nos ha olvidado traer lo que
ella suele usar siempre para el dolor, uno de esos geles que se calientan en el
microondas. Ella dice que es una tontería y no merece la pena, pero yo creo que
debemos volver al centro náutico a ver si lo tienen en la tienda.
-Sí, vamos. -dijo Nick sintiendo que su pulso se
aceleraba. Iba a tener la oportunidad de comprar... No, no debía pensar en
ello. Debía pensar en Demi- ¿Están seguros de que está bien?
-Parece que sí.-contestó Miley- pero se sentirá
mucho mejor con uno de esos geles. Son muy buenos. Yo siempre se los recomiendo
a mis alumnos de yoga. Si no lo tienen en la tienda hay un pequeño pueblo
bastante cerca. Yo misma podría ir. Apuesto a que con el gel dormiría mucho
mejor.
-Fantástico. -dijo Joe- Vamos, Nick, ayúdame a
sacar las estacas de la playa.
Nick siguió a su hermano hasta la cubierta
frontal luchando todo el tiempo contra sus propios pensamientos. Las razones
por lis cuales no debía involucrarse sentimentalmente con Miley seguían
existiendo.
Sin los preservativos podía evitar hacer una
tontería, y si no los compraba seguiría teniendo una excusa para reprimir su
libido. Así que, se preguntó, ¿por qué se le ocurría ni siquiera la posibilidad
de comprarlos? Porque se estaba volviendo loco, ésa era la verdad. Su férrea
disciplina estaba sucumbiendo ante la tentación.
No estaba seguro de que en un momento de lujuria no
fuera a agarrarla y a mandar al cuerno todas las precauciones. La noche
anterior había estado a punto de ocurrir. Le hubiera gustado recibir alguna
señal, alguna indicación que le sugiriera qué hacer.
-¡Nick! -lo llamó Miley.
-¿Sí? -contestó volviéndose justo antes de saltar a
la arena.
-¿Quieres que recoja tu ordenador?
El ordenador, cierto, pensó. Era lo último en lo
que se le habría ocurrido pensar. Si lo dejaba olvidado sobre la silla, en
medio de la cubierta, una ola podría tirarlo. Y eso era precisamente lo que
hubiera pasado de no haber sido por ella.
-Sí, gracias.
-De nada -sonrió- Ya sé lo que significa esa máquina
para ti.
Como señal aquello no era mucho, desde luego.
Sin embargo sí constituía una pequeña indicación de
que ella comprendía lo que ocurría en su mente, de que, de alguna forma, podía
confiar en ella. Si él perdía el sentido común, se dijo, ella lo conservaría. Miley no estaba tratando de tenderle una trampa, y él sabía qué era lo que
quería hacer cuando llegara a la tienda. Cualquier cosa le serviría de señal.
***
Considerándolo todo, pensó Miley, Nick tenía por
delante un trabajo ímprobo intentando llevar el barco hasta el muelle. Entró un
poco deprisa haciendo que chocara ligeramente la proa, pero sólo se abrieron
unos cuantos armarios y algunas cosas salieron volando, eso fue todo. El viento
hacía difícil mantener el rumbo, y tenía que ir a bastante velocidad para no
chocar contra otras barcas al entrar en el muelle.
Él y Joe se dirigieron a la tienda a probar
suerte. Demi no dejaba de decir que no hacía falta volver.
-Deja que te cuiden. -contestó Miley mientras se
sentaban en cubierta y observaban la actividad del muelle- A los hombres les
encanta. No todos los días tienen oportunidad de cuidar de una embarazada.
-Sí, parece que les encanta. En el avión, cuando
veníamos hacia aquí, Nick me contó que en una ocasión tuvo que ayudar a una
mujer a dar a luz junto a un íntimo amigo. Les pilló una tormenta de nieve
cuando iban de camino hacia el hospital. Y creo que le causó un impacto
fortísimo. Siente un pavor reverencial ante los partos.
-No bromees, supongo que cualquiera lo sentiría y
recordaría una cosa así. Aquella pobre mujer debió sentir pánico.
-Seguro. Me alegro de que mi bebé vaya a nacer
antes de las tormentas de nieve de Chicago. -contestó Demi poniéndose una mano
en la espalda.
-¡Pero qué tonta soy! Tengo el remedio perfecto
para tu espalda y aquí estoy, sin enseñártelo. -dijo apartando la silla y
sentándose en el suelo- Ven a sentarte aquí conmigo.
-¿Y no deberíamos de ir dentro para hacerlo? -rió Demi.
-No, el suelo de la cubierta es más cálido. Te
sentirás mejor aquí. Venga.
-Eres la persona más desinhibida que conozco. Está
bien, pero me niego a hacer ese ejercicio en el que pones las manos y los pies
juntos para levantar el pompis en el aire.
-No tendrás que hacerlo. -contestó Miley esperando a
que su hermana se sentara junto a ella- Ahora levanta las rodillas todo lo que
puedas, todo lo que tu tripita te deje, y abrázatelas lo mejor que puedas.
-Lo cual no es mucho.
-Es suficiente. Ahora, con suavidad, dobla la
espalda hacia adelante y hacia atrás, así.
-¡Oh, Miles! -exclamó mientras seguía sus
indicaciones- Me siento mucho mejor. Es como si me dieran un masaje.
-Te lo dije. -contestó Miley doblándose en sincronía
con su hermana- Cierra los ojos. Eso te ayudará a concentrarte en la espalda y
te hará sentirte aún mejor.
-¡Oh, sí, Dios mío! Es cierto.
Entonces se oyó la voz de Joe desde algún lugar
debajo de ellas.
-Te lo dije, Nick. No podemos dejar solas a estas
mujeres ni un minuto. Ahora están en posición fetal sintiendo experiencias religiosas
en cubierta.
-No te metas con el yoga hasta que no lo hayas
probado, Joe Jefferson. -dijo Demi.
Miley abrió los ojos y miró a los dos hombres de pie
delante de ellas. Joe tenía en la mano una pequeña bolsa de plástico,
probablemente el gel para Demi. Y Nick llevaba otra más pequeña. Su pulso
se aceleró. Se había estado preguntando si Nick compraría preservativos. De
ser así el paquete debería de tener un tamaño semejante al que llevaba en la
mano.
Entonces se preguntó si Joe sabría lo que su
hermano había comprado.
-Hemos tenido suerte, amor mío. -dijo Joe- Encontramos justo lo que necesitábamos. ¿Verdad, Nick?
-Sí. -contestó. Nick llevaba puestas las gafas de
aviador, así que resultaba imposible leer en sus ojos- ¿Listos para navegar?
Miley se levantó. Tenía la sensación de que Nick había estado disfrutando viéndola hacer ejercicios sobre la cubierta con aquel
bañador. Sus posturas descubrían una gran parte de la espalda, y algo más. El
juego se había convertido en algo cada vez menos inocente y más erótico. Tragó.
-Sí, vamos.
Aunque Miley trató de que fuera Joe en esa ocasión
quien sacara el barco del muelle, al final fue Nick quien se puso al timón.
Ella aún no había ejercido la suficiente influencia sobre él, pensó. Sin
embargo se juró a sí misma que para el final de esa misma semana, Chance
adoptaría otra actitud frente a las habilidades de su hermano.
-¿Qué les parece si navegamos hasta Hoover Dam? -sugirió mientras ponía a calentar el gel en el microondas.
El pequeño paquete de Nick había desaparecido, y
no había dicho una sola palabra sobre su contenido.
La certeza fue creciendo en su interior.
-Buena idea.-contestó Joe- ¿Qué te parece a ti, Demi?
-Muy bien.
-Ponte esto en la espalda. -dijo Miley ofreciéndole a
su hermana el paquete de gel caliente.
-Dios, sé que ha sido un incordio tener que volver,
pero se lo agradezco mucho, chicos.
-Estamos encantados de ayudarte. -dijo Nick.
-Sí, era importante. -añadió Joe.
Miley trató de averiguar por la expresión de ambos
hombres si sus comentarios tenían un doble sentido. Ella había visto la tienda,
y no era muy grande. Comprar preservativos sin que Bowie se enterara habría
sido difícil. Pero no hubo miradas cómplices ni toses forzadas que indicaran
que ambos hermanos compartían algún secreto. Si escondían algo, lo hacían mejor
de lo que ella hubiera pensado.
La idea de que Nick estuviera buscando el momento
oportuno para hacerle el amor cambió por completo su visión de él. De pronto se
sintió fascinada por la curva de sus dedos al agarrar el timón, por la
flexibilidad de sus hombros, por la forma de sus caderas mientras estaba
sentado en la silla de capitán y por el ángulo que formaban sus piernas.
Fascinada y excitada. Esperaba ardientemente que aquel pequeño paquete no
fueran simplemente chicles.
-Joe, ¿quieres llevar tú el timón un rato?
-preguntó Nick.
-Claro.
-Bien. He probado el ordenador y parece que sí
funciona. Iré atrás a hacer unas cuantas llamadas y tomar notas.
Así que su mente no estaba ocupada con el mismo
asunto que la de ella, pensó Miley. Podía planear una seducción y volver
fríamente al trabajo. Le molestaba que sus relaciones no ocuparan toda su
atención como le ocurría a ella.
Chicles, pensó. Seguramente había comprado una
remesa de chicles de tutti-frutti. Nick recogió su ordenador y se fue sin
volver a mirar a Andi.
-Eh, Demi, juguemos un poco a las cartas.
Poco después las cartas comenzaron a deslizarse por
la mesa mientras el barco se balanceaba de un lado a otro. Demi no parecía
sentirse muy bien, y Miley entonces se volvió hacia Joe.
-Está un poco agitada el agua, ¿no capitán?
-Sí, buscaremos un lugar donde refugiarnos.
-¿Qué te parece si echáramos amarras? Al menos para
comer...
-Buena idea -contestó Miley.
Nicole la miraba con expresión de aprobación
tapándose la boca. Tenía mala cara.
-Creo que voy a comer un poco de chile en lata con
cebollas y quizá un poco de queso fundido. -dijo Joe- ¿Qué te parece el menú, Demi, cariño? -la miró- Eh, estás un poco mareada, ¿no?
Demi asintió y él sonrió.
-En ese caso me prepararé yo mismo el chile.
-Yo te prepararé el chile, chico. -contestó Miley poniéndose en pie y mirando la línea de la costa- Eh, ahí delante, ¿ves esa
especie de isla cuyas rocas sobresalen de la costa por ambos lados? Echaremos
amarras allí, estaremos protegidos del viento. ¿Estás preparada, hermanita?
Demi volvió a asentir.
-Está bien, llevaré el barco hacia allí. -dijo Joe
torciendo a la derecha.
-¿Quieres que vaya a buscar a Nick? -le preguntó Miley a Joe.
-Si no lo conozco mal debe de estar viniendo para
acá.
-Eh, estamos dando vueltas como un pato mareado. -dijo Nick apareciendo de pronto.
-¿Qué te dije? -preguntó Joe en voz baja.
-Menos mal que no hay nadie en el barco que sufra
de mareos. -añadió Nick dejando el ordenador encima de la mesa- Navegar
adelante y atrás de esta forma puede resultar vomitivo.
En ese momento, Demi se levantó de su asiento y
pasó por su lado a toda prisa hacia el baño. Nick se quedó mirándola.
-¿Qué le ocurre a Demi?
-Has acertado, Einstein. -contestó Miley siguiendo a
su hermana.
-Oh, lo siento, no tenía ni idea.
Joe puso rumbo a la isla en la que pensaban
refugiarse.
-No hay mucha maniobrabilidad aquí. -comentó Nick.
-No, es cierto, pero las rocas nos protegerán del
viento. -contestó Joe.
-A pesar de todo, no me parece...
-No tiene sentido discutir. Tenemos que echar
amarras. -intervino Miley- Demi necesita salir del barco hasta que se le pase
el mareo.
-Tienes razón. Parece que hay una especie de canal
por el que podemos entrar, Joe. No es que haya mucho calado, pero podemos
hacerlo.
-Miley, -la llamó Joe- ve otra vez al baño y avisa
a Demi cuando vayamos a encallar en la playa. No quiero que se rompa los
dientes si el golpe es fuerte.
-Muy bien.
-Y agárrate. -añadió Nick- Este viento nos va a
obligar a cavar bastante en la arena.
Miley miró a Nick a los ojos. Había seguridad en
ellos. Aquello la inspiró confianza. Un poco de viento no era motivo suficiente
para que un hombre como Nick Jefferson se dejara llevar por el pánico.
-¿Dem? Agárrate, cariño. Vamos a encallar en la
playa, y vamos bastante deprisa.
-Bien.
-¿Quieres que entre?
-No.
-¡Ya llegamos! -gritó Nick.
Miley se agarró al picaporte de la puerta y se
agachó. El impacto la lanzó hacia delante y estuvo a punto de obligarla a
soltarse, pero se recobró y presionó la oreja contra la puerta del baño.
-¿Demi?
Por fin la puerta se abrió. Demi estaba de pie
con una toalla en la cara.
-Menos mal que me has avisado. -sonrió- He estado a
punto de darme un buen porrazo, y no sé cómo se lo habría explicado a mi
suegra. Ella no quería que viniera, pero cuanto más insistía ella, más terca me
mostraba yo en venir, por supuesto.
-Por supuesto, es el espíritu de los Lombard. Y tu
suegra no tiene por qué saber una palabra de esto. -añadió poniendo un brazo
alrededor de su hermana- ¿Quieres un vaso de agua?
-Si.
Miley se encaminó despacio hasta la cocina, sirvió
un vaso de agua y esperó pacientemente a que su hermana se lo bebiera.
-¿Estás lista para salir de esta bañera?
-Desde luego.
Mientras caminaban hacia la parte frontal del barco
escucharon el ruido de martillazos sobre estacas clavándose en la arena. Ambos
hermanos estaban amarrando el barco a la costa.
-¿Te encuentras mejor? -preguntó Miley a su hermana.
-Por momentos. Apenas puedo esperar a poner los
pies en tierra firme.
-¡Chicos! -los llamó Miley para que ayudaran a Demi a bajar.
Luego bajó sillas y toallas para montar el
campamento.
-¿Vienes? -preguntó Demi.
-Enseguida. Voy a recoger unas cervezas y unas
patatas fritas para nuestros galanes primero. ¿Quieres tú algo?
-No, todavía no- tragó.
-Estaré abajo en un minuto- repitió volviendo a
entrar y pisando casi el ordenador de Nick, que estaba en el suelo.
Miley se agachó a recogerlo. Debía de haberse caído
cuando se dieron el golpe, y Nickestaba tan ocupado amarrando el barco que
se había olvidado de él. A pesar del mal concepto en que tenía al maldito
trasto no quería que se estropeara. Lo puso sobre la mesa y lo abrió. Todo
parecía en perfecto estado, pero a veces las apariencias engañaban, podía estar
estropeado. Lo encendió y la pantalla comenzó a funcionar.
Por el momento todo iba bien.
El programa se cargó, pero aquello podía no
significar nada. Pinchó con el ratón y abrió el menú. Si podía abrir un archivo
seguramente estaba bien. Escogió un archivo cuyas iniciales eran A.L. Fue por
casualidad, sin motivo alguno. Esperaba que fuera un informe cualquiera. Era
imposible que Nick tuviera un archivo con su nombre o sobre ella, pensó, eso
por descontado.
Pero si lo tenía. Miley carraspeó y frunció el ceño.
Aquello lo pagaría caro. Nadie podía escribir una
lista sobre los pros y los contras de mantener relaciones sexuales con ella y
salir impune. Sus decisiones emocionales y sentimentales parecían decisiones
empresariales.
Se fijó sobre el lado en el que estaban los pros y
leyó frases como: Me excita más de lo que
cualquier mujer me haya excitado nunca, o: Tocarla me causaría un intenso placer.
Bueno, aquello resultaba
agradable, aunque estuviera escrito en una fría lista de ordenador. Le producía
cosquilleos en la espalda. Y muchos. Pero en el lado contrario las frases con
los contra no le producían la misma sensación:
Arruina mi concentración en el trabajo o: Su absurda forma de ver la vida no puede traerme más que problemas.
-Así que le voy a traer problemas, bien. -murmuró en
voz alta para si misma- Pues vas a ver.
Miley escribió la frase: ¿Y a quién le importa? debajo de aquella que había escrito él sobre
la concentración y subrayó la frase sobre la absurda forma de ver la vida
cambiándola de lugar y poniéndola al otro lado. Luego cambió la palabra «absurda» por «única» y «traerá problemas»
por «me fascina».
Según parecía, Nick estaba confuso. Había
escrito: Sus besos me vuelven loco en
ambas columnas. Miley lo borró de la lista de los contras. Se suponía que los besos debían hacerle a uno perder
la razón. De otro modo besar no tenía
ningún sentido. Desde luego, se dijo, Nick tenía mucho que aprender. Para equilibrar aún más la balanza escribió
otra frase en el lado de los pros: Es la mujer más bella que he conocido nunca.
Quedaba de maravilla en la pantalla. Tanto, que añadió otra: Es tan
inteligente como dulce y encantadora.
-¡Eh, Miley! -la llamó Joe desde la playa- ¿Te
estás bebiendo la cerveza tú sola?
-¡Enseguida bajo! -gritó.
Mientras sacaba la cerveza de la nevera pensó en
qué haría Nick cuando abriera el archivo y viera los cambios. Entonces
sonrió. No era muy probable que se enfadase y montara una escena en público. Lo
tenía en el bote. Al menos sabía que había estado escribiendo sobre ella en
lugar de trabajar. Y eso de algún modo lo salvaba de ser un completo estúpido
capaz de reducirla a ella a una simple lista en un ordenador.
A Nick no le gustaba la calidad de la tierra en
la que habían clavado las estacas. Estaba suelta, pero tenían que hacer todo lo
posible para asegurar el barco. Hubiera preferido echar amarras en otro sitio,
pero ése era el único a su disposición. Para mayor seguridad, él y Joe
apilaron grandes piedras alrededor de las estacas.
Decidieron hacer un picnic en la playa. Aunque el
viento levantaba la arena salpicándola sobre la comida, nadie dijo una sola
palabra. Al menos dos terceras partes del casco permanecían bajo el agua, y el
barco se balanceaba demasiado. Eso podría suponer una recaída de Demi. Nick no dejaba de vigilar las estacas.
Después de comer, Joe y Demi se acercaron a la
orilla a lavar los platos. Nick fingió descansar sobre una toalla, pero
pronto se quedó absorto mirando a Miley echarles patatas fritas a un par de
cuervos.
El cabello rubio de Miley comenzó a enredarse con el
viento. Parecía salvaje. Le daba la sombra en los ojos, así que podía observar
la piel desnuda que se dejaba entrever entre los tirantes de encaje de su
bikini negro. El encaje se ahuecaba cuando ella se inclinaba para tomar más
patatas y ofrecérselas a los pájaros.
Imaginó lo que sentiría si pudiera besar esa piel
semicubierta por el encaje. Por mucho que quisiera a su hermano y a su cuñada
deseaba que desaparecieran por espacio de unas horas. Sin embargo no podía
hacer nada, así que se tumbó boca abajo para esconder su excitación. La arena
caliente calmó ligeramente su erección, pero no era ésa la sensación que él
buscaba obtener.
Tenía a su alcance la bolsa de patatas fritas. Tiró
de ella justo cuando Miley se daba la vuelta para sacar más. Entonces ella caminó
hasta él y se arrodilló delante.
-Estás intentando ligar conmigo.
-Exacto.
-Entonces, ¿es que has ido de compras esta mañana?
-¿Te importa?
-Podría ser.
-Entonces podría ser que haya ido de compras.
-¡Oh, Dios mío! -gritó Joe- ¡Nick! ¡Las estacas!
Nick se puso en pie de golpe. Unas cuantas
estacas se habían desenterrado, y el barco cabeceaba de un lado a otro. Si
alguien no lo enderezaba de inmediato se daría contra las rocas. Los motores
estaban fuera del agua. Se quedarían aislados.
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Aquí les dejo dos capis largos(:
[Como les había dicho la nove es algo hot, así que ya saben :$ :3]
Ojalá les haya gustado & no olviden comentar! :P
Las amo, un beso!
Ale.
Diosssss!!!!!
ResponderEliminarMe ultra-mega-hiper-duper-encantaron los capítulos, son facinantes, enserio me encanta esta nove, es increíblemente buena :)
La parte de los burros me hizo reir demasiado, es que te juro que me imaginé a los 4 burros aí hechandoles el aliento, dioss es que te juro que morí de la risa, fue muy gracioso, es que los burros sob graciosos xDD Quiero ser burro!!!! Okno gsdjojdsjojss olvida eso, mi hermana acaba de decir re-chongale ojdsjojds ok olvida eso también : p
Woooooo a Nick se le soltaron las trenzas, estoy segura que compro algo para satisfacerse 1313 :$ Olvida eso también, pero me consta que no compró chicles :> Miley es tan graciosa, no puedo creer que le haya cambiado las cosas en su compu, Nick se irá de espalda cuándo lo vea xDD
Bue... mejor me voy porque tengo tarea de química, sube pronto, te lo suplico, bye c: