lunes, 23 de abril de 2012

SHUT OUT; Cap 13

Soñé con Nick esa noche. No un sueño profético en el que él muere en un accidente de coche que se incendió, o un estúpido sueño en el que caminábamos por Marte y comíamos algodón de azúcar o algo estúpido como eso. No, este sueño era... Bueno, se trataba de mí, Nick, y aquella escena de sexo en la biblioteca de Expiación en la que se suponía no debía estar pensando siempre que Nick estuviera alrededor —aunque no lo podía evitar. Y en mi sueño, las estanterías no eran para nada incómodas.
Me di la vuelta y presioné el botón de repetición, pero cuando el sueño inundó mi cerebro consciente, descubrí que los siete minutos extra de sueño no me harían ningún bien esta mañana. La vergüenza me mantuvo despierta en su lugar.
Salí de la cama y me dirigí al cuarto de baño, apagando el despertador en el camino.
No pude apartar mi mente del sueño. Incluso después de que me duchara y vistiera, o cuando bajé corriendo las escaleras para coger el autobús. De alguna manera, tener un sueño así de Nick me hizo sentir… culpable.


—¿Por qué te sientes mal por eso? —me preguntó Mandy en nuestro primer bloque de clases de informática después de que confiara en ella— No es como si pudieras hacer algo con lo que sueñas. Y maldición, el chico es ardiente. ¿Quién no tiene sueños obscenos de él? Lástima que sea tan provocador. Él podría ser el principal semental si quisiera, pero ni siquiera quiere ir más allá de la etapa de coqueteo con las chicas. Tal vez pertenezca a alguna loca religión o algo así.


Me sonrojé y abrí una hoja de cálculo Excel para iniciar el proyecto que me habían designado. Siempre se lo he dicho todo a Mandy. Lo de mi familia, mi relación con Liam —las partes que no eran demasiado privadas, al menos—, mi planes de universidad, e incluso mis sueños sucios. Pero había algo de lo que ella no sabía nada: lo que ocurrió entre Nick y yo en la fiesta de Vikki McPhee durante el verano.


—En serio —presionó ella, se inclinó para verme hacer clic en los botones para iniciar las funciones aritméticas en la hoja de cálculo— ¿Por qué te sientes culpable?
—No sé... ¿Porque tengo novio? —Le ofrecí, sin mencionar el hecho de que nunca había tenido ese tipo de sueño con Liam— ¿No lo convierte eso en una especie de infidelidad?
—No —dijo Mandy rotundamente— No lo es. No puedes elegir con quién o lo que sueñas. No es como si lo estuvieras engañando. Además, los chicos pueden hacerlo.
—¿Qué quieres decir?
—Quiero decir —dijo, revisando mi pantalla de nuevo para encontrar la manera en que había creado el gráfico de barras asignado— que los chicos miran a las chicas, hablan de ellas, y totalmente sueñan con chicas con las que no están saliendo, y es genial mientras que en realidad no actúen en consecuencia. Pero cuando una chica como tú hace lo mismo, se siente culpable o sucia, o lo que sea. No lo entiendo.
—Sí —murmuré— Supongo que yo tampoco, no.


Había un montón de cosas que yo no estaba consiguiendo últimamente. Al igual que la forma en que no está bien que te guste el sexo demasiado porque entonces te conviertes en una puta, pero el no tenerlo te hace una chica rara. O cómo los chicos como Nick pueden salirse con la suya coqueteando mucho pero si una chica lo hace hablarán "basura" por hacer lo mismo. O que mi novio parece pensar que está bien para él ponerme en segundo lugar en esta rivalidad de mierda, pero cuando decidí a hacer algo al respecto, no me tomó en serio.
Estaba empezando a pensar que no entendía nada. Al igual que había algún manual para adolescentes y citas y los chicos se desmayaron en la escuela media un día cuando estaba ausente o algo así. Me pregunto si las otras chicas están tan perdidas como yo con todas estas cosas.


—Miley, estoy perdida —murmuró Many cuando nuestra profesora de informática, la señora Moulton, pasó por delante. Por un segundo, estuve real y totalmente perdida, pensando que ella había oído mis pensamientos, pero luego añadió— ¿Cuál es la diferencia entre un gráfico de barras y un gráfico de líneas? ¿Y qué mierda importa eso? ¡Ayúdame!
Me reí, aliviada, y me incliné para ayudarla con la tarea.
                                                       
                                           ***
Las cosas entre Liam y yo habían estado mal desde el lunes por la noche, cuando le había contado acerca de la huelga de sexo. Él no me estaba dando tratamiento de silencio o evitándome, exactamente. Él sólo estaba... distante. No era tan sensiblero como de costumbre, quizá porque por fin se había dado cuenta de que no funcionaría, y no hablaba tanto como normalmente lo hacía cuando yo estaba cerca.
Me duele tener Liam actuando con tanta frialdad hacia mí, pero esperaba que esto significara pagarlo trabajando. Que finalmente estuviera lo suficientemente frustrado como para hacer algo al respecto. Que todos los chicos lo estuvieran, y así la guerra terminaría pronto. Pero por el momento, sentarme a su lado en el almuerzo se estaba convirtiendo en algo sumamente difícil, aunque estoy segura de que mi comportamiento no era el más sexy, apenas podía mirar a Liam a los ojos después del sueño que había tenido sobre Nick.
Así que después de trece minutos de incómoda conversación que había pasado en la mesa del almuerzo, decidí que ya era suficiente.


—Entonces, me voy a casa —dije en voz alta, interrumpiendo una conversación que Liam estaba teniendo con David. Estaba segura de que no era importante, de todos modos.— Es este viernes. Debemos asegurarnos de que nuestros planes estén listos.


Liam me miró, confuso.


—¿Qué planes? —preguntó.
—Quiero decir... tienes tu vestido o lo que sea, y tengo la ropa que me hiciste comprar.


¿Qué más se puede planificar?


—Creo que deberíamos ir a cenar primero —le dije— Sólo tú y yo. Tranquilo y romántico, ¿sabes? Podemos comer y luego bailar.
—Por supuesto —dijo Liam— Lo que tú quieras. Sólo dime dónde recogerte y dónde vamos. Tú me llamas.


Le fruncí el ceño. Sí, pensé. Porque eso es tan romántico.


—¿Por qué no elijes tú? —sugerí— Y entonces me sorprendes.
—Nah —dijo él, metiendo el tenedor en una montaña de aspecto repugnante de macarrones con queso— dijiste que no te gustan las sorpresas.
—No... Pero hiciste un gran trabajo la última vez.
—Tú sólo elige. No me gustaría elegir mal, y luego tener que acompañarte a mear fuera o algo así.


Terminará pronto, me dije, sabiendo que la huelga era la causa de la distancia de Liam.
Los chicos habían descubierto el plan. Ellos sabían que no habría ninguna acción hasta que la rivalidad se hubiera terminado. Las chicas tienen la ventaja. Hemos conseguido el poder. Tenemos en el control.
Con una dulce sonrisa y una voz alegre, le dije:


—Está bien. Voy a escoger un lugar en Oak Hill y reservaré para las ocho. Será una gran noche.
—Estoy seguro de que lo será —murmuró, con una voz a punto de sarcasmo que me hizo mentalmente añadir, incluso si no hay nada.


Así es, pensé de nuevo, como si pudiera oírme. No lo habrá.
Mandy vino más tarde ese día para ayudarme a planear la siguiente fiesta de pijamas mientras hacía la cena.


—¿Crees que necesitaremos otras? —preguntó Mandy mientras se pintaba las uñas en la mesa de la cocina. Me empujó una toalla por debajo de sus manos, preocupada por haber derramado el esmalte. Había elegido un color azul eléctrico el cual yo nunca tendría el suficiente valor para llevar— Quiero decir que sólo fue una, así que, ¿por qué tenemos que hacerlo de nuevo?
—Creo que debemos tener una base regular —le dije— va a mantener las cosas consistentes y organizadas. Las otras chicas realmente lo disfrutaron. Creo que la unidad puede ayudarnos a ganar.
—Lo que sea —suspiró Mandy— con tal de que ganemos pronto. Ya han pasado dos semanas y en serio no soy una fanática de este asunto del celibato en conjunto.
—Sé que no lo eres. —Tomé uno de los libros de cocina de mi madre de la pila de la parte superior de la nevera y me senté frente a ella— Pero me alegro de que me estés ayudando.
—Sí, bueno, me lo debes.


Abrí el libro de cocina y comencé a buscar una receta con la que en realidad podría tener una oportunidad de éxito. Soy una cocinera decente, pero no como mi madre.
Ella podría cocinar cualquier cosa sin mirar siquiera un libro. Ella era el tipo de persona que seguía una receta una sola vez y luego encontraba la manera de ajustarla, hacerla suya, y cocinarla mejor.
Desafortunadamente, no había tenido tiempo de transmitirme ese conocimiento. Y Dios no quiera que mi padre o mi hermano intenten usar el hornillo. La casa estaría en llamas en unos instantes. La idea de cualquiera de ellos haciendo algo más complejo que un sándwich de atún me produce pesadillas.


—Entonces, ¿vas a hacerla aquí? —preguntó Mandy. Me estremecí al pensarlo, y se rió— Oh, vamos. Se supone que debes ser el líder, Señorita Mandona. Levántate.
—Está bien. Supongo que podría. Pero, ¿qué pasa con papá y Trace?
—Estoy segura de que habrá algún tipo de evento deportivo en la televisión para mantener a tú padre ocupado —dijo—. Y Trace... Bueno, puedes distraerlo si lo deseas.


Le di a Mandy una mirada penetrante.


—¡Estoy bromeando! Más o menos. Quiero decir, sí, tu hermano está bueno, pero no me gustaría hacer algo con él algo que tú no aprobaras... a menos que supiera a ciencia cierta que nos saldríamos con la nuestra y que tú nunca lo descubrieras y…
—¡Mandy!
—Sólo estaba bromeando. Cálmate.
—No es gracioso.
—¿Qué? No puedo evitar fantasear. Y tú no puedes evitar tener sueños inalcanzables y sucios con la participación de tacos de fútbol, así que no es mi culpa que mi oscura fantasía profunda consista en mí, tu hermano, y un…
—¡Alto, alto, alto! —grité, tapándome las orejas— ¡No quiero escuchar el final de la frase! Ya es bastante malo que esté coqueteando con mi compañero de trabajo.
—¿Tu hermano está coqueteando con Nick? Ahora es aún más sexy.
—¿Qué? ¡No! Jenna, no Nick. Vaya, Mandy.
—Whoa —dijo— ¿Trace tiene una cosa con la Malvada Bruja de la Biblioteca? De ninguna manera de mierda.
—Él ha estado coqueteando con ella últimamente... y definitivamente le gusta.
—Espera... Tal vez eso significa que tiene una cosa por las dominantes. Con látigos y pinchos y todo eso.


Enterré la cara en mis manos.


—¿Por qué te gusta torturarme?
—Porque tú me estás torturando con esta cosa del no–sexo —suspiró Mandy— Miley, estoy sexualmente frustrada.
—¿Eres lo bastante mayor como para saber cómo se siente la frustración sexual?
—Ahora lo estoy. Y gracias a esta huelga, sé que cuando estoy frustrada sexualmente me gusta castigar a otros. Tú eres el objetivo lógico de aquí.
—Eres malvada.
—Es por eso que me quieres.
—A veces murmuré.


Ella me lanzó un beso sobre la mesa y me guiñó un ojo.


—En serio, no habrá ningún problema. Con lo de la fiesta de pijamas, quiero decir. Voy a venir el sábado y te ayudaré a preparar las cosas antes y a limpiar después, ¿de acuerdo?
—¿En serio? Gracias.
—Lo que sea. Esto me da una buena razón para alejarme de mi madre. Ella ha decidido dejar de fumar de nuevo, por lo que está de un humor como el infierno. —Mandy se puso de pie y caminó alrededor de la mesa detrás de mí— Ahora —dijo, inclinándose sobre mi hombro— averigüemos lo que estás haciendo para la cena. Estoy muerta de hambre, y he decidido que me alimentarás, también.


----------------------------
Ahí les va un mini-maratón de esta serie :B haha

No hay comentarios:

Publicar un comentario

¡No olvides comentar!(:
Gracias por tomarte unos segundos de tu tiempo♥
Y más por leer mis noves, un beso!