sábado, 28 de abril de 2012

SHUT OUT; Cap 18


Al día siguiente, después de que todas las chicas se hubieran ido, decidí pasar la tarde limpiando. Papá y Trace no estarían en casa hasta la cena, así que no había nadie en mi camino mientras aspiraba, desempolvaba y casi desinfectaba todo en la casa, mi versión de un domingo relajado. Estaba en medio de reorganizar mi armario por color, Mandy había decidido atacarlo durante la pijamada, cuando el timbre sonó.


—Un segundo —grité por las escaleras. Corrí al baño para revisar mi reflejo. Parte de mí esperaba que fuera Liam, viniendo a arrastrarse y rogar perdón y, aunque yo no tenía intención de volver con él, aun así quería verme bien, mostrarle que no estaba sufriendo sin él.


Una vez estuve segura de que ninguno de mis cabellos estaba sobresaliendo en la parte de atrás y el acné por estrés no había aparecido durante la noche, bajé hasta la sala.


—¡Voy! Lo siento. —tiré una vez del dobladillo de mi top antes de abrir la puerta.


Pero Liam no estaba en mi porche principal.
Era Nick.


—Hola.
—Um… hola.


La sorpresa debió haberse mostrado en mi cara, porque miró sobre su hombro antes de girarse hacia mí.


—¿Estás esperando a alguien más?
—No, simplemente… pensé que quizás eras Liam.
—Oh. —hubo una pausa incómoda y Nick pasó una mano sobre su cabello corto, cambiando su peso de un pie al otro— Siento no ser quien estabas esperando. Puedo irme si…
—¡No! —exclamé. Me sonrojé y miré abajo, hacia mis pies— No, yo… no estaba esperando verlo. Simplemente lo suponía. No ha venido a disculparse todavía, así que… Pero estoy feliz de que seas tú y no él. Todavía no creo que esté lista para verlo, quiero decir, supongo que debería superarlo, ya que estará en la escuela mañana, pero estoy esperando poder evitarlo, ya que no tenemos clases juntos, o quizás él me evitará, y ahora tiene a "La Rubia", así que… Ugh, lo siento. Estoy divagando. ¿Por qué estás aquí?


Nick empujó sus manos en sus bolsillos.


—Quería venir a verte —dijo— Para asegurarme de que estás bien después de todo lo que sucedió el viernes en la noche.
—Oh… sí, estoy bien.


Él levantó una ceja hacia mí.


—¿De verdad?


Abrí la boca para decir: Sí, de verdad. ¿Por qué te importa? Pero por la manera en que estaba mirándome, tan genuina y cálidamente, sabía que le importaba. De alguna manera en el camino, Nick y yo nos habíamos convertido en amigos. Sabía que eso debería molestarme, que debería ser cautelosa de acercarme a alguien después de lo que Liam me había hecho, pero no podía pelear con el sentimiento de calma que se extendía sobre mí cuando mis ojos se bloqueaban con los de Nick.


—¿Quieres ir a dar un paseo? —pregunté.
—Sí… seguro.
—Genial. Dame un segundo. —Entré en la casa y me deslicé en mis sandalias. Agarré las llaves de la casa del colgadero y me uní a Nucj en el porche de nuevo, cerrando la puerta detrás de mí. Revisé dos, y tres veces, la cerradura antes de meter las llaves en el bolsillo trasero de mis vaqueros— Muy bien, vamos.


Empezamos a caminar por la calle en silencio. Mi brazo se frotó contra el de él, pero no me alejé, ni él tampoco. Estábamos en la esquina, girando para seguir la acera, cuando finalmente decidí hablar.


—Estoy mucho mejor de lo que pensé que estaría. —podía sentir sus ojos en mí, pero simplemente seguí caminando— Después del Baile, esperaba estar hundida. Esperaba llorar o encerrarme en mi habitación o algo así… Esperaba extrañarlo más, supongo. Y lo hago, lo extraño, quiero decir, pero no es tan malo como había pensado. Algunas de mis amigas vinieron anoche, y realmente me ayudaron. Me hicieron darme cuenta que podía hacer mejor, ¿sabes?


Lo miré y vi que Nick asintió.


—Pensé que lo extrañaría más, pero… ese no es el problema.
—¿Cuál es?
—Es sólo que… sigo preguntándome, ¿por qué? ¿Por qué no fui lo suficientemente buena para que esperara? ¿Qué está tan mal conmigo para que él simplemente tirara todo por una noche? ¿Por qué el sexo era tan malditamente importante? —sentí el calor crecer en mis mejillas—. Oh, Dios, lo siento. No debería estar hablándote sobre esto.
—¿Sobre qué?
—Mi, um, vida sexual… O, como ahora todos saben, mi falta de la misma.
—Oh.


Tomé un respiro profundo y lo dejé salir lentamente.


—Algunas veces desearía que mi mamá estuviera todavía aquí para hablarme sobre estas cosas. Ella sería capaz de decirme qué hacer.
—¿Qué crees que te diría?


Sonreí, recordando su voz. Suave pero severa.


—Probablemente me diría algo como: “Destiny Hope, deja de cuestionarte. Eres lista y hermosa, y ese chico es un tonto. Nunca, nunca dejes que nadie te presione… y por favor baja tus zapatos del mueble”.
—Voy a asumir que te pareces a tu madre.


Reí.


—Eso es lo que me han dicho.
—Bueno, ya sabes —dijo Nick tentativamente— puede que ella no esté por aquí para decírtelo en persona, pero parece que el consejo que crees que te daría es bueno.
—Lo sé. Pero no es lo mismo.
—Lo siento. No tenemos que hablar de ella si te hace sentir incómoda.


Lo hacía, usualmente. Nunca dejé que Liam hablara de mi mamá, pero con Nick, estaba bien. Era fácil. Aun así, dije:


—Vamos a cambiar de tema.


Así que por los siguientes minutos, hablamos de cosas sin importancia: televisión, un libro que él acababa de terminar, nuestra convicción mutua que las mujeres del almuerzo estaban tratando de envenenarnos. Luego, después de un rato, nos quedamos en silencio.


Mientras caminábamos por la Avenida Levitt, unas cuantas madres empujando cochecitos pasaron a nuestro lado, al otro lado de la calle, dos chicas de secundaria caminaban juntas, ambas sosteniendo correas atadas a cachorros labradores. Era una tarde de domingo hermosa y, por un momento, me maravillé del hecho que había planeado pasar el día limpiando en lugar de caminar por el vecindario. Hamilton realmente era un lugar lindo, un suburbio genérico, seguro, pero lindo y amistoso.
Usualmente, estaba demasiado preocupada por otras cosas para notarlo.


Ni siquiera noté que Nick había tomado mi mano hasta que alcanzamos la siguiente esquina. Estábamos casi de vuelta en mi casa, habiendo caminado alrededor de toda la cuadra, y él había estado sosteniendo mi mano la mitad del tiempo sin que siquiera me diera cuenta.


—Miley —dijo lentamente— Mira, sobre Liam y todo el asunto del sexo…
—Nick, por favor, es vergonzoso. No…
—No, simplemente escucha por un segundo. —estábamos de pie en frente de mi casa otra vez, y Nick se había detenido, usando nuestras manos enlazadas para girarme hacia él— Sé que no quieres hablar sobre tu… —Se aclaró la garganta—. Sobre lo que Liam dijo en el baile. Pero deberías saber esto. La otra noche, te dije que un chico decente no te habría hecho eso. No sólo me refería a avergonzarte en público de esa manera. Me refería…


Lo miré, nuestras palmas todavía presionadas juntas.
Él suspiró.


—Me refería a que un chico decente, un chico listo, no habría dejado que algo como el sexo arruinara algo bueno. Un chico con medio cerebro no habría jodido las cosas con una chica como tú.
—Gracias. Es muy dulce que lo digas.
—Hablo en serio, Miley. —Levantó su mano libre y acarició mi mejilla, poniendo un par de hebras de cabello detrás de mí oreja. Sus dos manos estaban tocándome, y no me extrañó que mi corazón se acelerara un poco— Eres maravillosa, y él realmente lo jodió.


Maravillosa. También había dicho eso en la fiesta de Vikki. Justo antes de que me besara. Justo antes de que rompiera mi corazón. Me pregunté si lo decía enserio esta vez. Si quizás estaba tratando de decirme algo, que se había equivocado, que había cometido un error, que yo le gustaba después de todo.


—Gracias —dije— Eso significa mucho.


Nick me sonrió. Luego, después de un largo momento, dejó ir mi mano y dio un paso hacia atrás.


—Bueno… debería irme. Tenemos un juego en una hora. El entrenador nos quiere allí temprano.
—Bien. Estoy feliz de que vinieras.


Me miró un poco escéptico.


—¿De verdad?


Reí y le pegué en el brazo.


—Por supuesto. Somos amigos, ¿no?


Nick sonrió, esa sonrisa dulce y coqueta que me daba algunas veces en la biblioteca cuando nuestra broma iba un poco más lejos de lo que había intentado.


—Te veré mañana, entonces. —tocó mi mejilla una última vez antes de girarse y caminar hacia su auto.


Traté de no pensar demasiado en lo que Nick había dicho una vez estuve de nuevo en la casa. No quería avivar mis esperanzas. Aun así, podía sentir la alegría burbujeando en mi pecho, pensando que quizás, simplemente quizás, él se había dado cuenta el error que había cometido al dejarme ir.




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AAAAWWWW yo AMO a nick aquí... es tan dklsfjldkghkhdf jajaja muy pronto sabrán porque exactamente(;
hahaha
¿Que les parecieron los capis? (:


Bueno, como siempre;
Mil gracias por leer & más por comentar, las amo♥ Les mando muchos besos! 


Esperen el mini-maratón de 'Como Odio Amarte' & la 3ra parte de 'Malas Intenciones'. lol.


Ale.

SHUT OUT; Cap 17

Entonces, ¿Por qué no me lo dijiste? —preguntó Mandy, posada en el borde de mi cama mientras yo doblaba una nueva carga de ropa y la ponía en mis cajones.
—¿Cómo iba a decírtelo? Tampoco sabía que él me estaba engañando.
—Eso no es de lo que estoy hablando. Lo sabía, pero no quería responder la pregunta real.
—Miley, ¿cómo puedes ser virgen? Quiero decir, como que... pensé que tú y Liam le habían estado dando desde siempre.
—Haces que parezca tan romántico.
—Deja de evitar la pregunta —insistió— Estoy hablando muy enserio. ¿Cómo pudiste mentirme?
—No te mentí exactamente —le dije, cerrando con mi cadera, rudamente el cajón abierto— Simplemente nunca te di los detalles de mi vida sexual. Quiero decir, hemos hecho otras cosas. —Tuve que luchar contra un rubor, así Mandy no se burlara de mí— Y, de todos modos, no quería convertir en un infierno el tema. No quería que nadie más supiera que estaba… asustada. Y pensé que mi secreto estaba a salvo con Liam porque él estaría avergonzado por el hecho de que no pudiera entrar en mis pantalones o lo que sea.... Esto en cuanto a ese plan.
—¿Estás asustada? ¿Cómo que... del sexo?


Me preguntaba si mis mejillas estaban tan rojas como las sentía ahora.


—Sí, supongo que lo estoy.


Mandy ladeó la cabeza hacia un lado y me miró de la misma manera que se mira, fijamente, a un león de tres patas en el zoológico.


—Dios, Mandy, no me mires así. Ves, por eso es que no te lo dije.
—Lo siento —dijo— Sólo estoy… sorprendida. Es extraño. El sexo nunca fue aterrador para mí. —Hizo una pausa— Entonces, ¿qué es lo que encuentras atemorizante? ¿Cómo que, los penes? Porque puedo ver cómo esos pueden dar un poco de miedo. ¿O es la idea de que la primera vez duela? O…
—Oh, por favor, detente —le dije, pasando a sentarme a su lado en la cama— No. Nada de eso. Es... es dejar que alguien esté tan cerca de mí. Física y emocionalmente. Liam y yo nos acercamos un par de veces, pero... me acobardé. Tengo miedo de dejar que alguien tenga ese tipo de poder sobre mí. No estar en el control es lo que me asusta.
—Wow. —dijo Mandy— Nunca lo había pensado de esa manera. Mira, para mí, es todo lo contrario.
—¿Qué quieres decir?
—Me hace sentir que estoy en control —explicó— Como que, no sé. Empecé a perderme mucho después de que mi papá se fue, lo que me hace sonar como si tuviera patéticos problemas sobre papi, pero lo que sea. No estaba buscando lástima; estaba buscando algo que pudiese hacer con mí misma. Algo de lo que pudiera ser dueña. Mis padres estaban repartiendo todas sus mierdas y luchando por cosas, y yo no podía hacer nada al respecto. Entonces mamá y yo tuvimos que mudarnos a nuestro departamento de mierd*, y me sentí como si no tuviese nada. Nada más que mi cuerpo. Es la única cosa que puedo controlar. Para mí, el sexo es mi manera de tomar el control de mi cuerpo. Estoy a cargo. No psicoanalices todo eso, o me digas que lamentas lo de mi familia ni nada. Eso no es lo que quiero. Sólo... creo que es, como, interesante ver cómo lo vemos de manera diferente.
—Lo es, supongo. —Suspiré y apoyé la cabeza en su hombro— Odio a los chicos.
—Echo de menos los chicos.


Mandy me ayudó a tener la casa lista para las próximas horas. Una vez que mi habitación estuvo limpia, excavamos en las papas fritas y gaseosas que había comprado un par de días antes. Organicé las latas de refresco en mi escritorio: la dieta a la izquierda, la libre de cafeína en el medio, y la regular a la derecha. También quería organizar las papas, las cuales Mandy había extendido en la parte superior de mi armario, pero ella me contuvo.


—Así que le pregunté todo sobre "La Rubia" —dijo ella, sentándose en la cama, una vez que la habitación estuvo completamente lista para la fiesta de pijamas— Es una estudiante de segundo año. Su nombre es Autumn Elliot. ¿Qué clase de nombre es Autumn? ¿Por qué no la llamaron Fall o La Deprimente Temporada Cuando Todo Empieza a Morir.
—Es un bonito nombre, Mandy.
—Bien —resopló—. Pero, ¿conseguir a tu fenómeno en un baño público? ¿Quién hace eso?
—Um, Mandy...
—Bueno, está bien. Yo he hecho eso. —Ella sacudió su pelo sobre su hombro— Jesús, Miley, ayúdame. Estoy tratando de consolarte, pero lo estás haciendo difícil.
—Está bien —le dije—. No tienes que decir nada. Especialmente, no sobre ella. No la odio. Ella no es la que me traicionó.
—Verdad.... Pero su vestido era muy, muy feo.
—¡Mandy! —Me reí.
—Sólo estoy diciendo. Toda la cosa de "escote hundido" no halagaba su figura. Tú te veías mucho más caliente.
—Bueno, sí. Eso es cierto —le dije, sonriendo.


En ese momento, sonó el timbre de abajo.


—Esas deben ser las chicas —dijo, saltando de la cama.
—¿Cómo conseguiste que vinieran, de todos modos? —pregunté, de pie y siguiéndola fuera de mi dormitorio—. Asumí que todas se escaquearían.
—Oh, fue fácil —dijo Mandy—. Jaqueé tu dirección de e-mail y les envié un suplicante y servil mensaje pidiéndoles que vinieran, y les prometí helado. Hay que ir por algunos, por cierto. Lo siento, me olvidé de avisarte.


Me detuve en medio de las escaleras, pero Mandy siguió caminando.


—¿Cómo obtuviste mi contraseña? —le pregunté. Se dio la vuelta en la parte inferior y me sonrió.
—Miley, soy tu mejor amiga. Te conozco lo suficiente como para saber que la contraseña es expiación. El libro que está constantemente debajo de tu almohada, con las páginas sucias y las esquinas dobladas. No soy estúpida. —ella me guiñó un ojo y corrió hacia la puerta para hacer pasar a las invitadas.


La odiaba y la amaba al mismo tiempo.


—Está bien. Entonces, ¿cuál es el problema? —preguntó Susan, sentada en mi cama y cruzando las piernas. Llegó de última de todas las chicas, que eran veintiuna esta vez.


Mi habitación estaba sofocante, y no podía poner el aire acondicionado más alto. Esto no había sido una buena idea.
Ni tampoco dejar entrar a Selena en mi casa.
Ella se dejó caer en la cama junto a Susan, después de que Mandy le dijera que dejara de acechar alrededor de la habitación, mirándome y haciendo comentarios sarcásticos.
Creo que las palabras exactas de Mandy fueron: Siéntate y calla esa fea boca ó voy a encontrar un método mucho más doloroso para silenciarte.


—No puedo creer esta mierda —le espetó, al parecer sin tomar en serio la amenaza de Mandy— ¿Quién te crees que eres, Miley?


Podía sentir que me ponía nerviosa, temblando mientras contaba a todas las chicas en mi cabeza, una y otra vez. Había demasiadas. Si se enojaban o empezaban a gritar...
Imágenes del caos pasaron por mi cerebro, provocando que se me formara un nudo en el pecho. ¿Qué si hacían un lío en mi habitación?


—Selena, ¿tienes un momento? —preguntó Susan, sonando aburrida.
—El punto —dijo Selena— es que Miley es una hipócrita. Ni siquiera está teniendo relaciones sexuales, pero ¿ella cree que nos puede decir que debemos parar? Y todo es para resolver sus problemas.
—Selena, lo siento, ¿pero te puedes callar?


Me di vuelta y me sorprendí al descubrir que la que habló fue Demi. Nuestros ojos se encontraron, y Demi me hizo un pequeño e imperceptible asentimiento antes de enfocar su atención de nuevo sobre una Selena mortificada.


—No es sólo problema de Miley —dijo—. Es de todos nosotras. Te quejaste de la rivalidad, también, en caso de que lo hayas olvidado. Y la semana pasada, estabas cantando alabanzas a Miley. Así que deja de actuar toda grande y poderosa. Todas estamos hartas de tus cosas y, francamente, Miley necesita amigas en este momento. Todas estaríamos ahí para ti si tu novio resultara ser un idiota. Así que, ¿te importaría demostrar la misma cortesía?


Se hizo un largo silencio, el cual, considerando que éramos muchas chicas en la habitación, era bastante impresionante.
Selena respiró hondo, y todas esperamos a ver qué haría a continuación. Estaba a punto de tirarme frente a Demi para protegerla de las puntiagudas uñas como garras, con las que estaba segura que Selena atacaría, que cuando Selena habló, el momento se hizo aún más extraño.


—Sí, tienes razón, Demi. Lo siento.
—Santa mierda.... Es eso... ¿El infierno se acaba de congelar? —preguntó Mandy, estrechando su mano en su corazón.
—Cállate —espetó Selena. Entonces ella me miró—. Lo siento, Miley. Por la manera en que Liam te trató y por la forma en que estaba actuando. No fue bueno.
—Um... gracias. —tomé una respiración profunda— Y, honestamente, puede que tengas razón. Que estaba mal de mí parte mantener ese detalle lejos de ustedes. Simplemente no quiero que me juzguen. Me sentía como si fuera anormal o, lo que sea, porque no lo había hecho. Entonces ustedes se pusieron como locas sobre lo de Mary esperando, e incluso después de que ella hubiera sido lo suficientemente valiente como para admitirlo, yo no podía.... Aun así, no debería haber mentido, teniendo en cuenta lo que les pedí hacer a todas ustedes. No es que importe ahora. Creo que la huelga ha terminado.


Un murmullo de sorpresa corrió alrededor de la habitación.


—¿De qué estás hablando? —preguntó Demi— Los muchachos están todavía luchando, ¿no? El auto de Joe fue destrozado ayer por la noche, por lo que la rivalidad definitivamente no está terminada. No podemos poner fin a la huelga.
—Una de las cosas que a ustedes les preocupaba era hacer trampa —le recordé a la habitación— Que si les cortábamos a los chicos las relaciones sexuales, nos engañarían. Bueno, eso es lo que me pasó a mí, por lo que tenían razón. Nunca debería haber hecho esto.
—Oh, demonios no... —dijo Mandy—. No vayas allí. Lo dije en la primera reunión y lo diré de nuevo: si un chico nos engaña sólo porque no tenemos sexo con él, es un idiota y no deberíamos estar con él, de todos modos. En todo caso, Miley, este era un buen plan. Te demostró lo imbécil que Liam realmente es, y por lo menos has terminado con él ahora.


Me estremecí. Sabía que ella tenía razón, pero la idea de que esto era mejor, que el tenerlo persiguiendo a otras chicas era mejor para mí, todavía hería, y probablemente así sería por un tiempo.


—Seamos justas con esto —dijo Susan, poniéndose en pie, lo que no fue fácil, ya que cada centímetro de suelo estaba llenó de cuerpos adolescentes— Todas las que estén a favor de poner fin a la huelga antes de tiempo, levanten la mano.


Sin manos.
Ni siquiera la de Selena.


—Excelente. ¿Y todas aquellas a favor de continuar, según lo previsto, con Miley a la cabeza?


Por toda la habitación, las manos se alzaron.


—¿En serio? —pregunté, sorprendida.
—En realidad podría ser mejor —dijo Demi— Ya sabes, estas cargo, y sin novio. Eso te da una perspectiva más clara. No tan torcida,ya sabes por la presión que alguien podría estar haciéndote.
—Bueno, excepto yo —dijo Mandy, apoyándose en mí y pasando una mano en mi muslo como burla— ¿Puedes resistirme, Miley? No creo que puedas.


Le saqué la mano de mi pierna, riendo. Estaba tan sobrecogida por la emoción, así como impresionada por el apoyo de las chicas, que me olvidé de lo de estar en el borde. Incluso con 21 chicas amontonadas en mi habitación, me encontré, de repente, relajada, confiando en todas ellas más de lo que había esperado.


—Wow, Mandy se está poniendo desesperada. —rió tontamente Mary.
—No jodas —dijo Susan— Pero todos sabíamos que se estaría muriendo por dentro sin algún cuerpo.


Mandy apretó una mano contra su pecho, hizo unos pocos ruidos de arcadas, y luego se dejó caer sobre la alfombra, haciéndose la muerta.


—Entonces, ¿cómo estás con eso, Miley? —dijo Demi, volviendo a llamar mi atención— ¿Todavía con nosotras?
—Sí —le dije, sonriendo— Todavía estoy con ustedes. La huelga continúa.
—Impresionante —dijo Mandy, usando mi hombro para ponerse a sí misma en una posición de sentada, al parecer ya no estaba muerta— Ahora, ¿dónde rayos está mi helado?
—¿Puedo decirte algo?


Yo estaba de pie en el fregadero de la cocina, lavando algunos de los platos que habíamos utilizado para el helado, incapaz de soportar la idea de dejarlos alrededor por más de unos minutos. Todavía podía escuchar el caos en la parte de arriba, donde las demás esperaban. Sólo estaba tratando de averiguar los arreglos para dormir, no había forma de que todas se quedaran en mi habitación, cuando escuché la voz de Selena está detrás de mí.
Miré por encima del hombro y la encontré, de pie en la puerta de la cocina, viéndose más nerviosa de lo que jamás la había visto antes.


—Claro —dije— ¿Qué pasa?
—La cosa es que... —Se detuvo y se volvió para mirar a la sala.
—Mi papá no está aquí —dije, sabiendo al instante lo que estaba haciendo— Mi hermano decidió, en el último minuto, que quería ir en auto a la laguna e ir a pescar en la mañana, y papá quería ir con él. Estamos sólo nosotras aquí. Lo que es una buena cosa, ¿sabes? Abre algunos espacios para que cada una podamos dormir.... Lo siento. ¿Qué ibas a decirme?


Selena entró en la cocina, llegando al mostrador, sus ojos penetrantes mirando mientras yo dejaba los platos limpios.


—Está bien —dijo— esto va a sonar extraño, pero... no me gusta el sexo.


Me sequé las manos con el paño de cocina y me di vuelta hacia ella, confundida.


—Tú... ¿Qué?
—No se lo digas a nadie —insistió—. Por favor. Es vergonzoso. Pero realmente no lo disfruto. Es sólo un poco... decepcionante. Sólo lo hago porque hace a Justin feliz, y lo amo, pero... no lo sé. No sé por qué estoy diciendo esto. Es sólo que, sé cómo te sentías al tener que mentir acerca de ser virgen y siento que tengo que mentir sobre esto, y... soy tan rara.


Recordé estar pie en la cocina de Susan, con Mary, y cómo ella le preguntó si era rara por ser virgen. Casi le había dicho la verdad sobre mí esa noche. Que ella no era rara, porque yo era virgen también. O, más bien, que las dos éramos raras juntas. Este momento, con Selena, se sentía como un intenso déjà vu. Sólo que, esta vez, no podía relacionarme tanto. Aun así, le dije lo mismo.


—No eres extraña.
—¿Cómo lo sabes?
—Creo que no —admití— No sé si me va a gustar o no, una vez que lo haga. Si alguna vez lo hago. Porque puede que no. —Me encogí de hombros— Pero, ¿por qué, el que no te guste, te tiene que hacer rara?
Porque a todas las demás parece que les gusta mucho.
—Tal vez alguna de ellas están fingiendo —le dije— De modo que nadie piense que son raras.
—Tal vez —murmuró Selena— Dios, ¿por qué, si quiera, te estoy contando esto? Esto es tan raro.
—Deja de decir que es raro.


Selena negó con la cabeza, riendo un poco.


—No repitas esto —dijo ella— pero eso es parte de la razón por la que odio a Mandy. Estoy celosa. Es obvio que lo disfruta. Me gustaría que me gustara tanto así.
—Bueno, Mandy recibe el infierno por que le gustó demasiado. De ti y de las demás.
—Así que ella es la rara por que le gustó tanto —sugiere Selena.
—O podría ser que nadie es rara —le ofrecí— Quiero decir, Mary y yo pensábamos que éramos raras porque no lo habíamos hecho en absoluto.
—Tal vez todas somos raras, entonces —dijo Selena.
—Si ese es el caso, entonces, ¿por qué es importante?
—Porque quiero saber lo que es normal. —Vaciló y luego miró a sus pies descalzos sobre las baldosas— Quiero ser normal, pero nadie habla sobre el sexo, así que ¿cómo puedo saber lo qué es lo normal?


Consideré esto por un segundo. Ella estaba haciendo las mismas preguntas que habían estado rondando por mi cabeza durante semanas: ¿Qué es normal? ¿Qué se espera de nosotras?


—Sabes —dije en voz baja— No creo que exista lo "normal".

SHUT OUT; Cap 16

Mira —dijo Nick, mientras nos alejábamos de instituto— Sé que no quieres hablar de ello. Es comprensible. Pero… pero para que lo sepas, es un imbécil. Cualquier chico decente no te habría hecho eso.


Si hubiese tenido valor, le habría recordado que un chico decente tampoco me habría besado y actuado como si fuese especial para después olvidarse de mí.
En vez de eso, solamente me pasé los dedos por el pelo y dije:


—Gracias.


Nos fuimos en silencio mientras el Toyota de Nick giraba en la oscuridad, curvando caminos de Hamilton hacia la parcela donde vivía. El sueño que tuve el martes se deslizó en mis pensamientos. La sensación de sus manos en mis caderas, su aliento en mi cuello, mi cabeza dejándose caer contra las estanterías al mismo tiempo que sus labios trazaban una línea entre mi mandíbula y hombro. Había sido muy íntimo, real y bueno.
Sentada a su lado ahora, con el débil resplandor de la luz del velocímetro, con tan solo un espacio de 30 centímetros o menos separándonos, me sentí claustrofóbica y… culpable.
No estaba segura de por qué. Quiero decir, Mandy tenía razón. No podía controlar sobre quién trataban mis sueños, y no es que hubiese engañado a Liam. Y él no se sintió culpable por engañarme.
Le eché un vistazo a Nick por el rabillo del ojo. Miraba de frente al camino que estaba delante de nosotros y observé cómo las pasantes farolas moldeaban la silueta de su perfil a través del coche. Mandíbula prominente, nariz romana y hombros anchos.
Parecía extrañamente íntimo verlo conducir, con sus ojos en el camino, en lugar de devolverme la mirada.
Quería besar a Nick otra vez. En éste momento. Quería que estacionara el coche y que nos lo hiciésemos justo allí a un lado del camino. No sabía si quería despechar a Liam o simplemente perderme en algo. Cualquiera de las dos sonaba bien. Todavía podía recordar cómo se sentían los labios de Nick sobre los míos, en la vida real, no sólo en mi sueño, y lo mucho que me había gustado. Cómo de especial me había hecho sentir.
Pero Nick ya me había rechazado una vez, y después de lo que acababa de pasar con Liam, sabía que no podría soportarlo otra vez.


—¿Quieres que te acompañe?
—¿Qué? —Parpadeé y me di cuenta que el coche se había detenido y que Nick me estaba mirando, me había atrapado mirándolo. Avergonzada, me giré. Estábamos delante de mi casa— N-no —tartamudeé, revolviéndome en busca del pomo de la puerta.
—¿Estás segura?
—Positivo. —Empujé la puerta y salí del coche, miré por encima del hombro una vez para murmurar- "Gracias", cerré la puerta, y me alejé rápidamente del coche antes de que pudiese cambiar de opinión.


                                                 ***


La primera vez que Liam y yo rompimos fue a finales de Junio, y fue porque no quería acostarme con él. Que no es que ambos hiciésemos público ese pequeño detalle.
En lugar de eso, bordeé la verdad cuando la gente preguntaba, diciendo "que las cosas no funcionaban" y confiando, por supuesto, que Liam no le contase a nadie la verdadera razón de nuestra ruptura, le haría parecer menos hombre ante sus amigos "locos por la testosterona", después de todo, si se enteraban de que no podía meterse en mis pantalones.
La parte más difícil de esa ruptura, sin embargo, fue decírselo a papá y a Trace.
Estaban devastados. Intentaron no mostrarlo, pero durante todo el verano dijeron cosas como "estoy seguro de que ustedes dos saldrán adelante" y "me pregunto cómo le va a Liam… apuesto a que te echa de menos". Pequeñas indirectas de que debería llamarle o darle otra oportunidad.
Se emocionaron cuando volvimos a estar juntos después del accidente de coche. Lo que no sabían es que prometí acostarme con Liam cuando nos reconciliamos, una promesa que nunca mantuve.
Así que ahí estaba, apenas dos meses después, bajando las escaleras en mi pijama de Rainbow Brite, preparándome para contarles que nos habíamos separado otra vez, ésta vez para siempre.
Papá estaba sentado en la mesa comiendo un tazón de Raisin Bran cuando entré en la cocina.


—Buenos días, luz de sol —dijo con alegría— ¿Qué tal estuvo el baile? No noté siquiera que entraste anoche, pero cuando Trace llegó a casa se asomó a tu habitación y estabas allí, profundamente dormida.
—Sí —dije, sentándome frente a él y echándome un tazón de cereales— Estabas viendo un partido cuando llegué a casa. No quise molestarte.
—Ah, eso está bien. De todas formas, mi equipo perdió. Así que, ¿qué tal estuvo el baile?
—Um… —Comí un poco de cereal, masticando lentamente para posponer esto tanto como pudiese— En realidad, deberíamos hablar… ¿dónde está Trace?
—Durmiendo, asumo. Llegó tarde anoche.
—¿De verdad? ¿Por qué? ¿Dónde estuvo?
—Una cita.


Estreché los ojos sobre papá.


—¿Con quién?


Papá suspiró.


—Trace es un adulto, ¿recuerdas? No tiene que decirnos con quién está saliendo.
—Bien —dije, esperando que no fuese Jenna, y cogí con la cuchara una pasa que flotaba en mi leche— Bien, así que te lo contaré a ti solo, supongo.
—¿Contarme qué, cielo?


Respiración profunda. Un, dos, tres…


—Liam y yo rompimos anoche.
—Oh… —papá titubeó antes de dejar la cuchara sobre la mesa y centrar toda su atención en mí. Ya podía ver la nube de decepción en sus ojos—. Bueno, sé que las cosas se pueden poner dramáticas en los bailes del instituto. Quizás lo veas en el instituto el lunes y ambos hablarán sobre ello y…


Sacudí la cabeza.


—No papá, se ha acabado. No voy a volver con él ésta vez. —Aparté mi tazón de cereales, mi apetito había desaparecido— Lo siento. Lo siento mucho; sé que Trace y tú le adoran, y sé que es como parte de la familia, pero después de anoche… lo siento, papá.
—Miley, cariño, no te disculpes conmigo. —Se estiró sobre la mesa y cogió mi mano en la suya— ¿Qué pasó?


Me froté las esquinas de los ojos con la mano libre, sintiendo cómo las lágrimas empezaban a surgir.


—Anoche en el baile, lo encontré besando a otra chica. —No había necesidad de entrar en los sucios detalles sobre el cuarto de baño y el tanga de la chica— Lo siento, papá.
—Oye, dije que dejaras de disculparte. —Papá me apretó la mano—. Escucha, cielo, Trace y yo… Pensamos mucho en Liam. Pero si no te respeta, entonces ha perdido nuestro respeto, ¿de acuerdo?


Ahora las lágrimas estaban resbalando por mis mejillas. Demasiado vergonzoso.
Quizás había estado en demasiado shock anoche como para llorar de verdad, y sentada aquí, hablando con papá, me estaba calando finalmente. Lo odiaba, sin embargo. No quería llorar por Liam.


—Pero era como un segundo hijo para ti —le recordé a papá—. Jugaba al fútbol y veía partidos contigo. Te hacía feliz.
—Pero que te entristezca de ésta forma no me hace feliz —dijo papá—. Miley, lo que me hizo más feliz de Liam era, que sabía, que te hacía feliz a ti. Cierto, era agradable que tuviésemos cosas en común, pero eso da igual a largo plazo. Con quién sales es decisión tuya. Si quieres salir con un poeta vegetariano sin afeitar que odie los deportes, me seguiré alegrando por ti, siempre que tú estés contenta con ello.


Alcancé a hacer una sonrisa torcida.


—¿Incluso un jugador de fútbol?


Papá rió.


—Incluso un jugador de fútbol… Aunque Trace quizás esté en desacuerdo con eso.
—Bueno, él ni siquiera nos dice con quién está saliendo, así que se tendría que aguantar.


Papá sonrió y le dio palmaditas a mi mano antes de retirar la suya y volver a su tazón de cereales.


—Te quiero —dijo— Y recibiré a cualquier chico con el que salgas con los brazos abiertos. Y si te hacen daño, yo… Bueno, haré que Trace piense en alguna forma de hacerles pagar, porque soy bastante inútil.
—No, no lo eres.
—Tienes razón. Dejo algunas magulladuras en la espinilla.


Reí y me levanté para rodear la mesa. Envolví los brazos alrededor del cuello de papá desde atrás y descansé la barbilla en su hombro.


—Gracias, papá. Me gustaría que no hubiese terminado así. Sé que él te encantaba. No tienes que negarlo.
—El siguiente me encantará todavía más.


Solté a papá.


—Quizás no haya un siguiente. Me doy por vencida con los chicos.
—No me hagas ilusionar. —Papá miró por encima de su hombro hacia mí— Pero tendrás otro en muy poco tiempo. Estoy seguro de ello.
—Ya veremos. —Cogí mi tazón de cereales a medio comer y lo llevé al fregadero— Pero gracias. Por ser tan dulce, dejaré que comas postre esta noche después de la cena. ¿Qué te gustaría que preparase?
—¿Vas a hacer la cena? —preguntó papá—. Pensé que tus amigas iban a venir para esa cosa de "fiesta de pijamas donde dormir sobra".


Enjuagué mi tazón. 
"Fiesta de pijamas". Y no. Tengo el presentimiento de que nadie aparecerá esta noche. Pasaron otras cosas después de que atrapara a Liam… De todas formas, no quiero hablar de eso, pero no creo que me vuelvan a hablar por un tiempo.
—¿Incluso Mandy?
—Especialmente Mandy.


Así como las palabras salieron de mi boca, sonó el timbre. Terminé de limpiar mi tazón, me sequé las manos en el paño de cocina y me dirigí al salón.


—¡Voy! —grité mientras el timbre sonaba otra vez.
―¿"Rainbow Brite"? ¿Enserio, Miley? ¿Cuántos años tienes?
—¿Mandy? —Me quedé mirándola de pie ante la puerta abierta— ¿Qué estás haciendo aquí? No se supone que deberías estar…
—¿Enojada contigo? Sí, pero también quería hablar contigo. ¿Por qué no has cogido tu teléfono? He llamado, como, tropecientas veces.
—No lo he escuchado sonar —le dije, apartándome para que pudiese pasar— No lo puse a cargar cuando llegué anoche, así que debe estar descargado. Honestamente, no esperaba que nadie me llamase hoy, excepto quizás Liam, y no quiero hablar con él.
—Ugh, ¿quién querría? —Mandy se quitó las sandalias y las colocó cuidadosamente en la estera de delante, justo como a mí me gustaba— Pero bueno. Basta de charla. Tienes a unas veinte chicas que van a aparecer en cuatro horas, y tenemos un montón de lo que hablar y de trabajo que hacer antes de que lleguen.
—Espera. ¿Qué? ¿Veinte chicas? ¿Quieres decir que todavía van a venir? —Pero Mandy ya estaba a mitad de las escaleras en dirección a mi habitación.


Le eché un vistazo a papá, quien giró su silla en la puerta entre la cocina y el salón.
Encogí los hombros, y él sólo me sonrió.


—Pediré una pizza ésta noche —dijo— Ve y diviértete.
—Gracias, papá. —y corrí escaleras arriba en pos de Mandy.

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Espero que les este gustando(:
Les subo 2 capis más :D
besos!

miércoles, 25 de abril de 2012

Malas Intenciones; Parte 2.

Ambos se hablaban al oído, y ligeramente rozaban sus cuerpos.
Nick empezaba a poner suavemente su mano en la rodilla de la chica.


-Entonces, ¿no piensas decirme tu nombre? -le decia Nick riendo.


Era increíble como la chica quería dejar en anonimato su nombre. 
Algo le decia que ya se conocían desde hace tiempo, y eso hacia que Nicholas se desesperara... Había empezado a recordar con cada chica que se había cruzado. Demasiadas. Seria imposible acordarse de cada uno de los rostros de las mujeres que veía. Apenas y era capaz de recordar los nombres de sus amadas ex-novias.
Nick era un chico bastante libre. Nunca había establecido una relación bien. Solo duraba con ellas menos de tres semanas. Y para las que tenían suerte un mes y medio.
Tenia fama de Don Juan, y eso hacia que tuviera suerte con las mujeres. En su corta vida, ninguna le había dicho que no ó le negaba algo.
Además, sus padres habían hecho una buena combinación con él. Era apuesto y tenia un perfil imponente. Con el paso de los años, había aprendido a sacarle provecho a su físico. A la edad de 13 años, había empezado a ir al gimnasio y practicar fútbol americano para marcar una espalda ancha. Y claro, las chicas se volvían locas por él.
Jamás se había enamorado, o algo por el estilo... era una completa perdida de tiempo, pensaba.
El quería disfrutar de las mujeres, sin llegar a algún tipo de compromisos. 
El tenia una regla de oro la salir con las mujeres; "Jamás prometerles nada." Así la decepción no seria tan grande & el no se sentiría culpable si las lastimaba. Fuera de culpas.


-No pienso decirte mi nombre porque todo esto será más interesante. Tu me entiendes... -contestó coqueta.
-¿"Será"? -Nick volvió a reírse- Vaya, parece que esto llegara a algo.
-Eso espero...


Miley pidió más brandy, hasta que sintió estaba mareada. De ninguna manera iba a emborracharse enfrente de él, si algún debía de salir ebrio seria él.
Nick no tuvo miedo, y empezó a posar su mano en la cintura de la chica. Ella sintió como una descarga eléctrica recorría cada centímetro de su cuerpo.
Nick pedía cada vez más alcohol al camarero.
Esta seria su noche.
No saldría de aquel antro sin esa misteriosa mujer.


-¿Que dices sí me acompañas a bailar? -la invitó.
-No sé bailar. Tengo dos pies izquierdos. -y era verdad. Miley era torpe y solía pisar los pies de su acompañante.
-No importa, vamos. -Nick se levantó- No pienso bailar demasiado. -le dijo guiñándole el ojo.


Miley le sonrió, siguiéndole el juego... pero siguió dudando si bailar o no.
No, no lo haria. Su torpeza iba a ganarle y empezaría a pisarle los pies, y eso seria verdaderamente vergonzoso.
Nick suspiró, y tomo a Miley de su cintura. Acercándola hacia él.
Miley sintió un mareo enorme. Estaba demasiado cerca de él. Solo quiso besarlo y dejarse de llevar... pero todavía no, no era hora.
Nick cerró los ojos por un momento, mientras se aferraba más al cuerpo que tenia entre sus brazos. Su corazón empezó a latirle tremendamente rápido. Empezaba a enchinarse su piel, tan solo de ese simple toque. 
No era posible, era la primera vez que sentía semejante ráfaga de emociones.
La canción Naked empezó a sonar en sus odios.
Nick empezó a caminar hacia la pista de baile, abriéndose entre la multitud. Sosteniendo a su chic, aún de la cintura.


-¿Así que tienes dos pies izquierdos? -le susurró en su oído.
-No respondo si mis pies te pisan. Estás advertido. -la hermosa melodía de la risa de Nick resonó en sus oídos.


Ambos ya estaban mareados por el brandy, empezaron a moverse. Miley solo veía sus pies. Nick la pegaba a su cuerpo, lo más que podía... como si tocarla fuera lo más natural del mundo. Como si ya lo habría hecho por años.


-Me encanta esta canción. -dijo Miley tomando la nuca del chico, para acercarse más a él.
-Temperature's rising, i feel the fire, tonight, it's just me and you... -le contestaba cantando junto con la canción.


Hasta ahora, eso era lo más sexy que había hecho... al parecer no tenia una voz grave increíble para cantar. Y además, le había agregado algo de seducción a cada palabra que había pronunciando.
Miley se rió.


-¿Sabes? Me gusta como cantas...
-Varias personas me lo han dicho. -contestó sonriendo, haciendo un movimiento con su cabeza para quedar de frente con ella.
-No deberías desperdiciarla.


El la miró a los ojos. Eran hermosos. Recargo la punta de su nariz con la de ella, y Miley con sus dos manos tomo el cuello del chico.


-Cause I don't care what they say, it's our life life life... We can dance if we want. -ambos cantaron, como un susurro. Podían sentir la respiraron del otro, embriagándose.


Nick quito ambas manos de aquella cintura, para que su mano izquierda tomara la nuca de ella.
Miley ya lo venia venir. Tenia a pocos centímetros los labios del chico.
No se suponía que así seria el beso con él. Se recordó molesta.


-I feel naked... -fue lo último que dijo Nick, antes de tomar los labios de la chica.


Nick podía sentir como su cuerpo reaccionaba ante aquel beso. Era demasiado para él.
No quería dejarla ir nunca... Inconscientemente, Nick empezó a sudar.
El calor se apoderaba de él, y de otras partes de su cuerpo.
Miley jalo violentamente a Nick más hacia ella, pidiendo más. Sintiendo escalofríos en todo su ser.
Se besaron como si el mundo fuera a acabarse y no pudieran la oportunidad de estar así.
Y literalmente Miley se sentía así... Solo seria esa noche que podría estar así con Nick.
No pensaba a llegar a más con él. Aunque su cuerpo se lo pedía a gritos.


-No puedo aguantar más... -dijo Nick, a unos pocos milímetros de esos labios, aun sin abrir sus ojos- Dame más, muñeca...
-Aguanta un poco más, Nick... -gimió. La manera en que había pronunciando su nombre contra su boca, fue demasiado excitante para él.
-Besame.


Miley obedeció. Por lo menos, lo disfrutaría un poco más.
Se besaron por unos minutos más, en medio de la multitud. Abrazados, aferrándose a sus cuerpos.
Miley no notó como su amiga posaba los ojos marrones en ellos, y con una ligera ráfaga de celos. 
No se suponía que Demi sentiría eso... Ya había superado a Nick.
Ni mucho menos tenia que sentir celos hacia su mejor amiga. No, no, no!
Pero no podía evitar darse cuenta que nunca había visto a Nick así... se podía ver a metros que cada vez que se separaban sus labios, sonreía torpemente.
¿Acaso era diferente su amiga a todas las demás?
Lagrimas empezaban a asomarse en sus ojos... Ni siquiera se despidió de sus amigas del colegio y se dirigió a la salida.
No quería estar ahí, quería irse a su cama... Saco las llaves de su auto, y lo puso en marcha. Mientras que una lagrima salia de su ojo.
Si Miley hubiese visto la reacción de Demi, hubiera corrido con ella... a disculparse y olvidarse del plan. Pero no la vio, así que continuo su sesión de besos con Nick.


-Me encantas... -y era verdad. Nick sentía una gran atracción hacia esa chica.


Volvieron a pedir dos copas más de Brandy's, hasta que Miley miró la hora... Eran las dos de la madrugada con dieciséis minutos. Ya era demasiado tarde.
Le había dicho a sus padres que dormiría en casa de Demi, pero llegaría aparte, no con ella.
Dejaría a Nick, encantado por ella y luego se marcharía como si nada... si ese era el plan.
Dejarlo con las ganas e irse toda cínica.


-Lo siento, pero tengo que irme. -Miley quiso quedarse, pero se levanto de su asiento.
-¿Tan pronto? -preguntó. No, esta chica no se iría a ningún lugar, si no a su cama.
-Cariño, no pienso estar a la mitad de la noche en la calle, sola.
-¿Quien dijo que te dejaría sola? -Nick se levantó, la volvió a tomar de la cintura y le susurró- Ven conmigo.
-Estás loco... -contestó sin siquiera intentar marcharse.
-Sí, pero por ti. -Miley se alejo un poco, para verlo. Sus ojos le rogaban que se fuera con él- ¿Porque no vamos a un lugar más privado?
-¿Eh? -acaso había escuchado bien?
-Sí, para estar más cómodos... -Nick se acercó mas a ella, a tal punto que sus labios ya estaban demasiado cerca de los de ella- Vamos, muñeca.


Miley no pudo evitarlo y lo besó. 
Ya se hubiesen ido de ahí, pero continuaron otra larga sesión de besos.
Nick aprovecho que Miley estaba demasiada ocupada en sus labios, que camino junto su cuerpo hacia la salida.
Como pudo, saco las llaves de su auto y se dirigió al estacionamiento.
Cuando llegaron al increíble auto deportivo rojo del chico, Miley casi se iba a caer. Típico de ella.


-Lo siento. Te dije que tenia dos pies izquierdos... -dijo con una risa, mientras Nick la sostenía para que no volviera a tropezar ó algo parecido.


Él se rió y ella lo abrazo más. 
Nick hizo que se recargara en la puerta del copiloto, y la besó, mientras metía la llave a la cerradura.
Abrió la puerta, se agacho suavemente con ella y la metió al auto lentamente.
Justo cuando iba a irse, ella lo jalo del cuello y empezó a darle pequeños besos ahí.


-Eres muy traviesa, eh... -dijo Nick, sin dejar de sentir escalofríos en su cuello.
-Anda, llévame a donde quieras... antes de que me arrepienta.


Nick tuvo la fuerza suficiente y se alejo de ella. 
Buena propuesta de la chica. 
Rápidamente cerró la puerta, y se dirigió a su asiento. 
Antes de arrancar el auto, le dio un beso de pico a Miley. Y ella sonrió.
Nick encendió la radio, y la dejo en una estación donde transmitían pura música electrónica. Para crear ambiente.
En cada alto, no podían dejar de besarse y acariciarse.
Miley empezó a tocar la pierna de Nick, provocandole mucha excitación, y más deseo hacia ella. tenia que poseerla ya. No podría aguantar más.
10 minutos de camino hicieron hasta llegar a la casa de Nick.
Una casa linda y grande.
Cuando salieron del auto, aún seguía sosteniéndola de la cintura y la dirigía adentro.
Entraron.


-¿Y tus padres? ¿No están? -preguntó quitándose sus tacones.
-No. Se fueron a un viaje y no regresarán en unos días. -el se quito su chamarra negra, y la regó en el piso.


Nick entrelazo su mano con la de ella, y la dirigió hacia su habitación.
Ni siquiera se molestaron en prender la luz.
Sin pensarlo dos veces; empezaron a quitar cada prenda de su cuerpo.
Miley se tiro a la cama, llevándose con ella a Nick del cuello.


-No sabes cuanto te deseo... -le susurró Nick. mientras le acariciaba sus sedosas y largas piernas- Quiero que seas mía.


Miley encontró el cierre del pantalón de él, y se lo quitó.
Luego, la camisa.
Quedando solo con sus boxers Calvin Klein.
Nick encontró el cierre del vestido detrás, en la espalda, y se lo jalo hacia abajo, lentamente.
Ambos solo tenían su ropa interior.
Nick observó el cuerpo de la mujer que estaba de él.
Era divina.
Inmediatamente la besó, y dejo que su peso cayera en ella.
Su mano derecha se dirigió por debajo de su cuerpo, para acariciarle su espalda y acercar más sus abdómenes... y deshacerse  del maldito sostén que llevaba.
Miley ni siquiera se puso a pensar que todo lo que estaba pasando ahora... y lo mal que estaba haciendo.
Por primera vez en su vida se dejo llevar... ella no era ese tipo de mujeres que siempre se acostaban con sus ligues, pero ahora era diferente... Ni siquiera podía controlarse con Nick.
Sintió un alivio cuando Nick le quitó el sostén. 
El empezó a besar su cuello, hasta llegar a sus senos.
La mente de ambos solo se concentraba en el placer que estaban sintiendo.
Miley hizo que Nick estuviera a la altura de su cabeza y lo observó.
Sus ojos marrones, eran como imanes... no quería dejar de verlos. Y él se quedo completamente hipnotizado... sus grandes ojos grises, y su cabello rojizo alborotado hacia que tuviera una imagen realmente sexy.
Nick se acerco lentamente a ella, y atrapo sus labios en un beso cálido y suave. Sin prisas.
No notaron el largo tiempo que se estuvieron besando, y tocando cada parte de sus cuerpos.
En la habitación solo se escuchaban los gemidos de ambos, y los piropos de Nick hacia ella.
Lentamente, Nick apoyo ambas manos en la cadera de ella, hasta llegar a sus bragas... las bajo lentamente. 
Empezó a darle pequeños besos a su abdomen plano... hasta que llegó ahí.
A Miley nunca le habrían practicado eso, pero tenia ¿miedo? Había escuchado a su amiga contándole lo genial que se sentía... por instinto, quiso cerrar sus piernas e impedirle el paso a Nick, pero no pudo hacerlo. Se dejo llevar.
Sintió como el chico ya estaba vagando por ahí, y lanzó un gritito ahogado... y a arquear suavemente su espalda.
El placer era increíble.
Nick continuo haciendo su trabajo.


-Te necesito Nick... -dijo al fin.
-Shhh... -de nuevo, estaba a su altura, y empezó a besarle el cuello suavemente- Eres hermosa...


Miley sonrió encantada. 
Nunca se había sentido tan bien... ni siquiera en su primera vez.
Nick era tan... atento, respetuoso y cariñoso con ella. No dejaba de decirle maravillosas, y no la obligaba a nada. Se sentía... querida.
El chico estiro sus brazos, hasta llegar a su cajón. Le costó unos segundos encontrar el condón... se quitó los boxers, y Miley abrió los ojos sorprendida.
Wow, fue lo único que pensó. Nick se rió ante su reacción, y la besó.
Miley le arrebató el condón de la mano y ella mismo se lo puso.


-No puedo esperar más.
-Yo tampoco, muñeca.


Nick la tomo de la cintura, y entró en ella... lento.
Miley jadeó, él hizo lo mismo.
Ambos empezaron a moverse suavemente. Nick no dejaba de besarla.
Miley de repente se sintió poderosa e hizo que cambiaran de posición.
Ella, ahora, estaba encima de él. 
Eso excitó mucho a Nick. Al ver como tomaba el control de la situación. La chica se agacho para besar sus labios, y tomar salvajemente su cabello rizado entre sus dedos.
Nick acelero el paso... Miley no podía aguantar más, la bomba explotaría en cualquier momento.
Ambos se fueron juntos al clímax gritando sus nombres.
Miley termino rendida en el pecho de Nick... solo se oía sus respiraciones aceleradas, rogando  por más oxigeno.


-Eso fue... -trató de decir Nick- increíble. Nunca, nunca... me había sentido así.
-Ni yo...


Nick la abrazó, e hizo que su cuerpo quedara a lado del suyo.
Los ojos de Miley le pesaban, así que no pudo resistir más, y cayó dormida.
Nick giró su cuerpo, y encontró a su hermosa chica dormida.
Trato de no moverla mucho y la metió a las cobijas de su cama.
No acostumbraba a que las chicas se quedaran a dormir en su cama después del sexo. Siempre las iba a dejar a su casa, pero con ella era diferente... no quería dejarla ir.
La tomo y la abrazó.
Ella recargo su cabeza en su pecho y lo abrazó, entre sueños.
Nick acarició su cabello, que era bastante suave, y sonrió.
Se sentía completo, maravilloso.
Se paso los siguientes 10 minutos observándola. Hasta que le dio un beso en la frente de buenas noches, y cayo rendido también.


Miley ignoraba todo lo que provocaba en se muchacho... ambos ignoraban las consecuencias que tendrían eso... haber hecho el amor de esa manera tan especial.
Porque sabían que no había sido simplemente sexo. 
Fue algo que ambos no olvidarían jamás.




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Okey, aquí esta otra parte :D


Díganme, les gusto? :]
Gracias por leer & comentar!


Tal vez se pregunten porque no subí la otra nove, fue porque como les había dicho... les iba a dar un mini-maraton & me voy a tardar un poco en hacerlo :P
Espero subirlo el próximo martes o jueves de la otra semana. jaja


Estoy feliz, porque el 2 de Mayo veo a Demi!!
SIIII!!! jaja 

Y el 6 de Junio a One Direction!! lksdjlhlaksh
JAJA


Pero bueno, ojala lo hayan disfrutado... esperen el siguiente.
Disculpen mi pésimo gusto en describir la nove :B
jaja
Las amo, muchos besos.
Ale☻