jueves, 10 de octubre de 2013

A Solas Contigo ; Cap 17.

Una vez de vuelta en la playa, ella se sentó junto a Demi y ambas estuvieron leyendo una novela erótica en voz alta. Nick se unió a Joe en la discusión que seguía a cada párrafo, pero bajo sus carcajadas subyacía un deseo ardiente que fluía como la lava.
El sol comenzaba a ocultarse tras las montañas. Hubiera deseado tener el poder de ponerlo tras el horizonte. Esperaba la oscuridad de la noche para poder estar a solas con Miley. Deseaba estar a solas con ella para hacerle el amor y explorar todos aquellos sentimientos tan poco frecuentes en él.

-Ya es hora de reparar energías- dijo Joe-. ¿Vienes, Nick?
-Sí- contestó mirando a Miley.

Miley estaba preocupada por Demi. No creía que ninguno de los dos hombres se hubiera dado cuenta, pero debía de estar sintiendo bastante dolor. Quizá sólo otra mujer era capaz de notarlo en su risa, o en la forma en que se revolvía en su silla y presionaba una mano contra su vientre cuando pensaba que nadie la estaba mirando. Pero ella si la estaba observando.
Mientras los hombres reunían leña para encender el fuego, Miley se inclinó sobre Demi y preguntó:

-¿Qué te ocurre?
-¿Por qué me preguntas eso?
-No finjas conmigo. Te duele algo.
-No, no es nada. Son sólo... punzadas.
-¿Y desde cuándo tienes esas punzadas?
-Desde hace poco- contestó Demi poniendo una mano sobre el brazo de Miley-. Pero por favor, no montes un escándalo. He hablado con muchas madres- y sé que es normal sentir este dolor. No te preocupes.
-No me preocuparía si estuvieras tranquilamente en casa cerca de un teléfono y a pocas manzanas del hospital. Pero estando aquí las cosas cambian. Ni siquiera podemos irnos, y no tenemos ningún tipo de alarma o de sirena. Además en el manual pone muy claramente que no se debe navegar de noche.
-Yo no necesito ir a ninguna parte- contestó Demi apretándole el brazo a Miley-. Me han venido muy bien estos días de descanso, Miley, y no voy a dejar que nada me lo eche a perder.
-Pero...
-Joe es fantástico, pero te he echado mucho de menos, sobre todo en un momento como éste. Y no sabes cómo me alegro de que Nick y él estén hablando sobre sus problemas.
-Todo eso está muy bien, pero si vuelves a tener esas punzadas no dejes de decírmelo. Tenemos un teléfono, podremos hacer algo.
-No creo que vaya a ser necesario. Además, ya sabes cómo odio montar el espectáculo, sobre todo si yo soy el personaje principal.

Una hora más tarde, poco después de la cena, Miley se preguntaba cuánto tiempo pasaría antes de que pudiera escabullirse en la oscuridad con Nick, cuando de pronto Demi gritó. Todos corrieron a su lado.

-Creo que... lo mejor será... que vuelva al barco. ¡Maldita sea!- exclamó doblándose sobre sí misma.
-¡Estás de parto!- exclamó Miley.
-No, no es verdad- contestó Demi con una expresión desafiante-. Son sólo gases. Enseguida... ¡augh!
-Si eso ha sido un gas, vamos a tener que darte un antiácido del tamaño de un bebé.
-No me hagas reír, Joe, me duele.
-Según tengo entendido el parto duele- contestó Nick mirándola.
- ¿El parto?- repitió Joe-. ¡Pero si sólo está de siete meses! ¡El niño no está preparado todavía!
-Bueno son ya un poco más de siete meses... -dijo Demi.
-¿Es que estabas embarazada antes de que nos casáramos?- preguntó Joe atónito.
-Un poco.
-¿Un poco? ¿Cuánto?- preguntó Miley.
-Seis semanas.
-¿Y no me lo dijiste?- gritó Joe.
-¡No quería que se enterara tu madre!
-¡Pero yo no se lo hubiera dicho!
-¡No podía estar segura!
-¡Oh, Dem!- exclamó Miley sintiéndose dolorida de que su hermana no hubiera confiado en ella-. ¡Podrías habérmelo dicho!
-Tenía miedo de decírselo a nadie. -contestó Demi sintiéndose también dolorida-. No quería echar a perder la boda... o estas vacaciones.
-Pero tu médico- añadió Miley-, tiene que saberlo. No puedo creer que te haya dejado venir a...
-Es que no se lo dije exactamente.
-¡Demi! - gritó Joe con el rostro rojo de ira.
-¡Tenía que venir! ¡Todos teníamos que venir! Además, los niños primerizos siempre se retrasan.
-Bueno- intervino Nick-, ya nada de eso importa. Lo importante ahora es ir al barco.
-Tienes razón- contestó Miley retomando fuerzas de la serenidad que mostraba Nick-. Vamos.
-¡Oh, Dios mío!- exclamó Joe-, ¡se está desangrando!
-No te preocupes, Joe, es normal en estos casos.
-Para ti es fácil decirlo- añadió Demi doblándose de nuevo sobre el vientre.
-Bueno- comentó Joe ninguno de los dos terminamos aquellas clases sobre preparación al parto.
-Pues ahora vamos a tener un cursillo intensivo- respondió Nick-. Vamos.

Tuvieron que levantar a Denu entre los tres. Ella seguía con contracciones y quejándose, pero consiguieron subirla a bordo por fin.

-¡A mi cama!- exclamó Nick-. Sujétenla mientras yo la despliego.

Miley y Joe sujetaron a Demi hasta que Nick volvió para ayudarlos. Demi estaba pálida, pero Joe estaba lívido como el papel.

-Joe y yo la pondremos en la cama- le dijo Nick a Miley-. Mi maletín está en la cama de arriba de esa litera. Dentro está el teléfono. Llama al 911.
-¿Y qué les digo que queremos? ¿Otro barco?- preguntó Miley.
-¡No, en barco no!- exclamó Demi.
-Entonces un helicóptero- intervino Nick-. Eso será más rápido.
-No creo que vaya a poder aterrizar en esa playa tan pequeña- contestó Miley sacudiendo la cabeza.
-En ese caso tendrán que aterrizar en el techo del barco- sonrió Nick-. Para algo tenía que servir que fuera tan grande.

Miley encontró el teléfono de Nick y decidió hacer la llamada desde la parte posterior del barco de modo que Demi no pudiera alarmarse si surgía alguna dificultad. Después de unos cuantos frustrantes minutos por fin cortó la comunicación y volvió a donde estaban todos.

-¿Vienen ya?- preguntó Joe a gritos.
-No exactamente. ¿Pero qué diablos es esto? -preguntó mirando a Nick tumbado sobre la cama inconsciente mientras Demi estaba sentada en una de las sillas de cubierta.
-Nick se ha desmayado- contestó Joe frotándole la espalda a Demi-. Demi dice que se siente mejor sentada que tumbada.
-¿Desmayado? ¿Pero está bien?
- Sí, claro. Le pasó lo mismo cuando estábamos en el bachillerato y consiguió una cita con Myra Oglethorpe. A veces, cuando el estrés es muy fuerte, le ocurre. Me imagino que ésa es la causa. Enseguida recuperará la conciencia.
-Así que tiene un punto débil. -murmuró Miley.
-Sí, pero luego odiará que le haya ocurrido esto, y precisamente ahora.
-¿De verdad te sientes mejor sentada?- preguntó Miley volviéndose hacia Demi.
-Sí- asintió-. Creo que Nick no soportaba verme sufrir. Él... ¡ah! - gritó agarrándose a los brazos de la silla al sentir una nueva contracción.
-Por cierto- dijo Joe mientras seguía dándole un masaje a Demi-, ¿qué has querido decir con eso de que no venían «exactamente»? No me ha gustado mucho esa expresión.
-No hemos tenido mucha suerte que digamos escogiendo el momento del parto. Ha habido un accidente múltiple de coches durante una tormenta de arena y no quedan muchos helicópteros sanitarios libres. Les he dado nuestra localización aproximada, y les he dicho que estábamos en un barco encallado en una playa. Han dicho que eso les haría más fácil nuestra localización. Vendrán en cuanto puedan.
-¿Y mientras tanto?
-Me han preguntado si disponíamos de alguien con experiencia en partos, y les he dicho que sí.
-Sí, inconsciente, pero sí. -comentó Joe.
-No sabía que Nick se había desmayado. Esperemos que vuelva en sí; mientras tanto ve lavándote.

Joe y Miley se quedaron mirándose el uno al otro, y ella pudo observar cómo la duda se iba despejando del rostro de su cuñado dando paso a la determinación. Entonces decidió que despertaría a Nick, aunque sólo fuera para que fuese testigo de cómo Joe se hacía cargo de la situación.
Mientras Joe intentaba esterilizarse lo mejor que podía en el fregadero de la cocina, Miley puso el ordenador de Nick en el suelo, quitó la mesa y convirtió un grupo de bancos en una cama doble. Hablaba con Demi mientras lo hacía y controlaba la secuencia de las contracciones. Eran bastante seguidas.

-Voy a buscar todas las almohadas que haya en el barco, luego te subiremos encima. La verdad es que preferiría que te echaras sobre la cama. Si no, Fifí va a caerse al suelo nada más nacer; y no está muy limpio que digamos.
-¿Fifí?- repitió Demi consiguiendo sonreír a pesar del dolor.
-O Gigi. Me figuro que le pondrás un nombre francés para complacer a tu suegra.
-¡Oh, Miley!- exclamó Demi abriendo mucho los ojos-. Me va a matar cuando se entere de esto. Quería hacer un vídeo del nacimiento.
-Con subtítulos, por supuesto.
-Miley! -rió Demi-, gracias a Dios eres... ¡oh!- exclamó tapándose la boca antes de que saliera de ella un juramento.
-Yo te recomendaría que no te cortaras y que juraras todo lo que quisieras. Confía en mí, tu bebé no va a aprenderse esos tacos a pesar de las teorías de la señora.
-¿De qué teorías estan hablando?- preguntó Joe volviendo de la cocina con las manos en alto.
-Ya te lo contaremos luego. Ahora tienes trabajo. Voy a por almohadas. Volveré enseguida.
-¡Tráete mi cámara!- gritó Demi mientras Miley desaparecía.

Cuando Miley volvió con almohadas, toallas y la cámara, se encontró a Joe agachado junto a Demi. Le hablaba en voz baja con las manos en alto intentando evitar ensuciarse. Demi, mientras tanto, le clavaba las uñas en los hombros.

-Aguanta hasta que se te haya pasado- murmuraba-. Ya está; ahora respira a bocanadas pequeñas.
-Te debo de estar haciendo daño- gritó Demi.
-En absoluto. Aguanta
-Ya está- contestó Demi dejando caer la cabeza y relajando la mano-. Ya ha pasado.
-Arreglaré la cama- dijo Miley-, y luego trataré de despertar a la Bella Durmiente.
-Sí. Yo me sentirla mejor si él estuviera conmigo- dijo Joe.

Miley puso las almohadas haciendo un respaldo mientras escuchaba a Joe ayudar a Demi con otra contracción.

-Si no terminaron el cursillo sobre preparación para el parto, ¿cómo es que conoces las técnicas de respiración?
-Vi un programa en televisión- contestó él.
-Demos gracias entonces a la televisión- dijo Miley dejando la cámara sobre una repisa donde estuviera a mano y acurrucándose cerca de Demi-. Y ahora vamos a ponerte encima de la cama, ¿quieres?
-Está bien. -contestó apretando su mano al sentir otra contracción.

Miley se preguntó si su hermana tendría la suficiente fuerza como para romperle los huesos, pero aguantó hasta que el dolor cesó y por fin colocaron a Demi sobre la cama.

-Tendremos que quitarte el bañador, Dem.
-¿Pero y si se despierta Nick?
-Eh, hermanita, éste no es momento para...
-Te pondremos encima una sábana- intervino Joe-. Es lo que hacen en los hospitales.
-Joe, te quiero. -dijo Demi con ojos llorosos-. ¿No lo amas tú también, Miley?
-Sí, claro, estoy loca por él. Te has llevado todo un campeón, hermanita -contestó besándola en la mejilla-. Siéntate bien, te traeré una sábana.

Miley volvió casi de inmediato, ayudó a Demi a quitarse el bañador y la tapó con una sábana formando un hueco vacío bajo sus rodillas dobladas. Y lo hizo justo a tiempo, porque nada más terminar, Demi gritó algo que nunca le había oído decir.

-¿Dem, te encuentras bien, cariño?- preguntó Joe.
-¡No me llames cariño!- contestó Demi pataleando-. Y despierta a ese inútil de hermano tuyo. Ha llegado el momento. -Miley ahogó una sonrisa y miró a Joe. Demi gimió en voz alta y luego comenzó a jurar-. ¡Odio a los hombres! -gritó respirando con dificultad-. Por lo que a mí respecta pueden irse a la luna!
-Lo haremos, te lo prometo. -contestó Joe dándole palmaditas en la rodilla-. En cuanto hayamos traído a otra preciosa niña a este mundo.
-¡No pienso dejarla que haga el amor nunca! -gritó Demi desesperada.
-Entonces será una monja. -prometió Miley mientras humedecía una toalla en el fregadero de la cocina y volvía para despertar a Nick. Le mojó la frente y él gimió. Demi siguió jurando durante un rato, con cada contracción. Seguramente había llegado el momento del parto-. Si me necesitan, solo llámenme.

Nick abrió en ese momento los ojos y la miró con una expresión de confusión.

-¿Es Demi la que está chillando?
-Sí, el helicóptero no puede venir por el momento, así que estamos haciendo de comadronas nosotros. Podrías ayudarnos.
-Me he desmayado -dijo cerrando mucho los ojos-, ¡maldita sea!
-¿Te encuentras mejor?
-Sí- contestó serio intentando ponerse en pie.
-Con calma. -dijo Miley al verlo titubear.

Acercó la silla en la que había estado sentada Demi y la puso justo debajo de él. Entonces él se sentó pesadamente.

-Eh, Dem, ¿qué tal estás?
-¡Dios, así que ahora voy a tener que aguantar a dos Jefferson!

Joe se asomó por encima de sus rodillas y preguntó:

-¿Qué hago, Nick?
-Dile que empuje. -contestó con voz temblorosa y sudando.
-¡Empuja! -ordenó Joe con entusiasmo.

Demi siguió maldiciendo.

-¡Empuja, cariño! Así, eso es. ¡Ya viene!

Miley se dio cuenta de que Nick no tenía muy buen aspecto, pero no tenía tiempo para atenderlo.
Recogió la cámara y se colocó a los pies de la cama. Se arrodilló y buscó un hueco mientras Demi seguía maldiciendo y Joe traía con cuidado a su hija al mundo.
En el último momento se olvidó de hacer el vídeo y las lágrimas inundaron sus ojos. El diminuto bebé comenzó a llorar, y Joe hizo lo mismo.

Finalmente bajó la cámara. Algunas cosas era imposible captarlas. Joe levantó a la niña sin cortar aún el cordón umbilical y la puso contra el pecho de Demi. Luego se inclinó para besar a su esposa en la frente, y justo entonces comenzó a oírse el ruido de un helicóptero en la distancia. Nick gimió y se deslizó de la silla cayendo al suelo.
Cuando volvió a despertarse era un enfermero el que lo miraba a la cara. Había vuelto a desmayarse.
Era un desastre. Intentó volver a sentarse.

-Calma -dijo el enfermero-, no se mueva demasiado deprisa. Los padres siempre se desmayan en los partos.
-Yo no soy el padre, soy el tío.
-Así que pertenece usted a la clase de los sensibles. No importa, no es algo de lo que deba sentirse avergonzado.
-Yo no soy de la clase de los sensibles.

Por fin se levantó y sacudió la cabeza como para despejarse. El barco era un jaleo, todo el mundo se apresuraba de un lado a otro lavando a la madre o a la niña para llevarlas en helicóptero al hospital de Las Vegas.
Todos miraban a la saludable niña. Demi ya no sentía ningún dolor y sonreía.
Nick sintió que por fin recuperaba sus fuerzas.

Había sido un verdadero milagro, pensó contagiándose del espíritu de felicidad que reinaba entre los presentes.
Joe corría por el barco dando palmaditas a los enfermeros en la espalda y prometiéndoles puros. Su hermano había tenido una niña, pensó, y había sido él quien la había traído al mundo. Y él mientras tanto no sólo no había sido de ayuda, sino que había sido un estorbo. Resultaba humillante.

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¿Como estan? Lo siento si tardo en subir los capis, pero es que tengo demasiada tarea y trabajos >.<
En unos días ya subo el final de The DUFF, espero que les haya gustado el cap de hoy :)
Gracias por su paciencia, y no olviden comentar :D
Besos.

1 comentario:

  1. Wow! Que capitulo más hermoso :'(
    Demi ya es madre!!
    Escribes muy bn!

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¡No olvides comentar!(:
Gracias por tomarte unos segundos de tu tiempo♥
Y más por leer mis noves, un beso!